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EL CORRESPONSAL

Alcides Ghiggia nunca pudo usar un pase libre que le obsequió Pluna

URUGUAY, CANELONES, Las Piedras (www.elcorresponsal.com.uy) El viejo DC-3 de Pluna es igual al del año 1950 pero llegó 14 años después a Montevideo. La leyenda del avión que traslado los heroes de Maracaná era un error.

Varios aviones expuestos al aire libre en el Museo Aeronáutico, sufren desde hace años las inclemencias del tiempo y actos vandálicos. En la mudanza prevista no se trasladaría completo un DC 3 de Pluna, por error vinculado a la gesta de Maracaná.

La era del DC-3 en nuestra desaparecida aerolínea de bandera (Pluna), nació en 1946 y se extendió por 25 años, cubriendo rutas internacionales e internas de cabotaje.

El Mayor Gustavo Urban, subdirector del Museo Aeronáutico, explicó a El País que la Fuerza Aérea dispuso una investigación para aclarar si el avión DC-3, que presenta un importante deterioro y desde hace años se encuentra exhibido en el predio lindante con el Cilindro Municipal, fue uno de los dos que trasladaron a los futbolistas uruguayos campeones en el Mundial de 1950 disputado en Brasil.

En una entrevista que le realizara el Portal del Uruguay, en junio de 2009, se recuerda que en sus años de instructor, Rodríguez Escalada protagonizó un accidente en 1942, en el cual su avioneta fue embestida por un piloto novicio y cayó a tierra, muriendo su alumno.

Demoró en ingresar a Pluna "porque ganaba muy bien en el Aero Club, y Pluna por ese entonces no pagaba mucho", pero cuando lo hizo, llegó a volar el legendario Churrinche, el avión de madera que se quemó en el Museo Aeronáutico, durante la época de la dictadura.

También estuvo dos meses acompañando a Carlos Páez Vilaró en la búsqueda de sobrevivientes de la Tragedia de Los Andes.

Ghiggia y Rodríguez Escalada se cruzaron hace pocos años, en 2010, cuando Pluna adquirió sus últimos aviones.

En la ceremonia, la empresa realizó un homenaje al goleador celeste de Maracaná, a quien nombró "cliente vitalicio", obsequiándole un pase libre para él y un acompañante, a cualquiera de los destinos de Pluna. Pero a consecuencia del cierre de la aerolínea, Ghiggia no pudo utilizar este beneficio.
Un feriado de fiesta.

El día del "Maracanazo", el 16 de julio de 1950, el presidente de la República, Luis Batlle Berres, encomendó al coronel Óscar Gestido, (en ese entonces presidente interventor de Pluna), que trajera a la delegación uruguaya desde Río de Janeiro, en ese momento capital de Brasil.

Según recuerda Juan Mauri en su trabajo "Historia de Pluna 1936-2006", Gestido ordenó que se trasladaran dos aviones DC-3, designando a los comandantes Nilo Zerpa y Eleazar Pedragosa para uno de los aviones, y a Raúl Rodríguez Escalada y Juan José Ferrara para el otro.

El lunes 17 de julio partieron los dos bimotores, vacíos, hacia Río de Janeiro, con la orden de regresar el 18 de julio, fecha de la Jura de la Constitución.

El vuelo, con escala en Porto Alegre, se realizó sin inconvenientes. En la jornada patria, como estaba previsto, partieron de Río de Janeiro arribando al sitio en donde hoy se encuentra la Plaza de Armas de la Brigada Aérea, en Carrasco. En aquel tiempo, allí estaba la "planchada" para el servicio de pasajeros, y no existía el aeropuerto.

"Este mito nace de forma espontánea, no sabemos quién fue el primero que largó esa versión. A raíz de que se decía eso, se empezaron a estudiar los aviones con los números de serie, que permiten seguir toda la trayectoria de los aparatos, desde que salen de la fábrica hasta que llegan al desguazadero", explicó Urban.

Una verdadera multitud esperaba a los protagonistas de la mayor hazaña desde que se disputan los mundiales de fútbol.

Los celestes habían hecho historia y Pluna fue parte de ella, segun los recuerdos de Ghiggia. En camino hacia el Museo Aeronáutico, desde su domicilio de la calle Pilar Cabrera, en la ciudad de Las Piedras, el único sobreviviente de la selección uruguaya del 50, Alcides Edgardo Ghiggia, dijo a El País que antes del viaje a Río de Janeiro, sólo había subido a un avión en dos oportunidades.

En un viaje a la Argentina que hizo con su padre (en un hidroavión de Causa), y poco antes del mundial de Brasil, cuando los uruguayos vencieron 4 a 3 a los norteños y obtuvieron la Copa Barón de Rio Branco, el 6 de mayo de 1950 en el estadio Pacaembú de San Pablo.

"Los viajes fueron tranquilos, yo siempre me sentaba por el medio, a la altura de las alas. Éramos veintiún jugadores, tres masajistas, el técnico, el preparador físico y los dirigentes, el presidente de la delegación, el tesorero y otro más. No había cupo en un solo avión para treinta personas. Entonces el gobierno mandó dos bimotores de Pluna", sostuvo Ghiggia.

-En ese retorno triunfal, ¿hubo festejos en el avión, cantarola o algo así?

-No, no era como ahora; festejamos en el vestuario con la copa, le pusimos champagne y brindamos. Después, en la tarde, a las siete y media o a las ocho menos cuarto salimos del estadio. Porque esperamos a que se desalojara. No sabíamos cómo iba a reaccionar la gente. Al llegar al hotel anduvimos buscando al tesorero, para comprar algo y festejar. No lo encontramos, había desaparecido. Sacamos de los bolsillos nuestros y compramos unos sándwiches y unas cervezas, y festejamos en un dormitorio.

-¿Había en la delegación algunos que le tenían miedo al avión?

-De San Pablo a Río, no fueron en avión Miguez y Julio Pérez; fueron en tren, con Juan López.

El DC-3 que posee el Museo Aeronáutico llegó a Uruguay desde Inglaterra, el 17 de junio de 1964. Fue identificado aquí con la matrícula CX BDB.
Junto al avión.

Al bajar del automóvil en el espacio al aire libre en que se encuentran varias reliquias de la historia de la aviación uruguaya, Ghiggia exclamó: ¡Es el avión, sí, es ese!

Llegó al lugar acompañado de su esposa Beatriz, y allí lo estaba esperando el Mayor Gustavo Urban, quien fue el primero en explicarle al campeón que el avión es igual a los del 50.

-El que los trajo a ustedes se desguazó, se perdió la...-dijo el oficial.

-Sí, como todo-respondió Ghiggia, cortando la explicación, pero de buen talante.

-Estando en Río de Janeiro, hace veinte años, me llevaron a ver el hotel en donde ustedes estuvieron, el Paysandú-comentó el Mayor Urban.

-Sí, lo reformaron ahora; yo estuve hace tres o cuatro años. Está en la zona de Flamenco a tres cuadras de la Rambla.
Del avión a la cancha.

En la fría tarde del pasado viernes en la que, sin embargo, de pronto el sol entibió la zona en que se realizaba la entrevista, a los 86 años de edad, Ghiggia comentó que llegaron a ingresar a la cabina de los pilotos, para hablar directamente con la radio Sport,"en donde estaba Luis Victor Semino y tenía de relator al "Chetto" Pelicciari; estábamos conectados directamente y hablábamos primero con los pilotos y después con la radio".

Al pie del modelo DC-3, Ghiggia recordó con emoción el momento en que, el 18 de julio de 1950, los dos aviones sobrevolaron el Estadio Centenario, en donde se había organizado un partido amistoso, a manera de celebración.

"Se sabe que este avión prestó servicios en la USAAF (United States Army Air Forces), después pasó a la RAF (Royal Air Force de Inglaterra) y más tarde fue comprado por una empresa de Italia (en donde tuvo la matrícula I-TAVO). Finalmente, fue adquirido por Pluna", afirmó el subdirector del Museo Aeronáutico.

A propósito de los tiempos de vuelo, Ghiggia comparó épocas, poniendo como ejemplo su primer viaje a Europa, que realizó en 1953.

"Viajé por Iberia y demoramos treinta y pico de horas, y ahora se va en doce horas. Cada vez mejora mucho, la comodidad también. Todo cambia, de los diarios que había sólo queda El País. Pero otras cosas eran más lindas. El dólar estaba a la par del peso; había más respeto hacia la gente mayor. Yo una vez estuve con el presidente Mujica y le dije: si quiere estar bien acá, en este país, tiene que tener a la gente con la barriga llena, ¿no? Como estamos ahora, este país se va a pique. A la gente que trabaja no le alcanza la plata, está bravo, en julio subieron cien artículos y los sueldos no suben. Los aviones nuevos de Pluna van a quedar como estos.

-A los jugadores de fútbol les va mejor...

-El pase mío costó 32.000 mil pesos. Era plata pero no como lo de ahora, ganan millones en Europa y hacen publicidad.
Los DC-3 de Pluna en los 60

Mientras que el avión DC-3 de la desaparecida empresa Pluna, exhibido en el Museo Aeronáutico, fue identificado en Uruguay con la matrícula CX BDB, los aviones DC-3 que transportaron al seleccionado uruguayo campeón del mundo en Maracaná, en 1950, tenían las matrículas CX AGD y CX AGE. El DC-3 expuesto hoy formó parte además de una década compleja para la aviación nacional. En 1966, por ejemplo, en la madrugada del 24 de febrero, vientos superiores a los 120 kilómetros por hora le dañaron a Pluna tres aviones DC-3 -de los cuatro que en ese momento estaban en funcionamiento. Uno de los afectados, al caerse una grúa sobre su ala izquierda y su fuselaje, nunca fue recuperado. Por mayo de 1966, ocho DC-3 no funcionaban, y en julio quedó uno de diez en orden de vuelo. (Fuente: Historia de PLUNA, de Juan Maruri).
Mudanza del Museo Aeronáutico

El mayor Gustavo Urban informó que el Museo Aeronáutico (actualmente cerrado al público), quedará en condiciones de mudarse hacia su nuevo emplazamiento, en un terreno contiguo al Aeropuerto de Carrasco. Allí se instalará en dos hangares, en el próximo mes de noviembre.

Probablemente sus instalaciones ubicadas hoy junto al Cilindro sean utilizadas, en principio, para instalar el obrador del Antel Arena.

El Museo Aeronáutico fue fundado por el coronel aviador Jaime Meregalli, de quien tomó su nombre. Primero se montó como una sala de exhibición en el Comando de la Aeronáutica Militar, Base Boiso Lanza, contando sólo con objetos personales de los pioneros de la aviación, insignias y uniformes. Al establecerse una ley orgánica de creación, se trasladó a su actual emplazamiento, el 18 de agosto de 1954.

En aquella oportunidad se trajeron cinco aviones, y los que trasladaron a los campeones de Maracaná resultaron desguazados, desaparecieron, según aseguró a El País el mayor Urban, quien agregó que hay otras leyendas en la historia de la aviación uruguaya.

Cuenta con una Asociación de Amigos, (organización civil sin fines de lucro, con personería jurídica), que brinda apoyo voluntario desde el 2 de julio de 2005.

En el museo hay aviones pertenecientes a la Aeronáutica Militar, anteriores a 1953, año de creación de la Fuerza Aérea, y objetos personales de pioneros de la aeronáutica militar.
APERTURAS Y CIERRES HISTÓRICOS

-El Museo Aeronáutico comenzó su acervo en el año 1941, con una serie de insignias de pilotos militares del Uruguay y extranjeras, y también de aeroclubes civiles, expuestas en una vitrina, en el Casino de Oficiales del Aeródromo Militar "Capitán Boiso Lanza".

-En una dependencia de la Base Aérea I de Carrasco, en su flamante sede (actual Anfiteatro), el Museo Nacional de Aviación fue inaugurado el 23 de octubre de 1956, coincidiendo la fecha con el cincuentenario del vuelo del primer avión " 14 bis" de Santos Dumont. Allí permaneció habilitado al público hasta el 5 de abril de 1957. Desde el 12 de agosto hasta el 29 de octubre de 1957 integró la II Exposición Aeronáutica desarrollada en el hall de entrada del Palacio Municipal.

-Como el local en Carrasco quedó chico para albergar y menos exponer todas las donaciones recibidas, incluso aviones, se obtuvo la cesión de cinco pabellones de la Exposición Nacional de la Producción, sobre la Avenida Centenario, donde se procedió a la reapertura el 24 de febrero de 1959. El mismo día, se dispuso el cambio de nombre del Museo Nacional de Aviación por el de Museo Aeronáutico.

-En virtud de que fueron vendidos los modulares cedidos en préstamo, el Museo fue clausurado en ese lugar, a fines de junio de 1959.

-En 1961,con motivo de realizarse la Exposición Italiana, el Museo fue mudado a unos galpones municipales ubicados en la parte posterior del predio, donde estuvo en depósito dos años.

-Desde el 14 de enero de 1967, se armó en la esquina de la Avenida Dámaso Antonio Larrañaga y José Serrato.

Así como hasta ahora se presumía, o creía a rajatabla, que el DC-3 de Pluna -del Museo Aeronáutico- era uno de los enviados a Río de Janeiro, también existe la creencia popular de que el C- 47 que se halla en el aeropuerto de Carrasco participó en el Desembarco de Normandía, otro relato falso de acuerdo a lo informado a El País por el Mayor Gustavo Urban.
Dos protagonistas.

Uno de los pilotos que trajo de regreso a los campeones de Maracaná fue Raúl Rodríguez Escalada, parte viva de la historia de la aviación nacional.

Rodríguez Escalada obtuvo su brevet(o permiso de navegación) a los 18 años, y fue piloto por más de cuatro décadas, comandando desde biplanos hasta aviones a reacción. Su hermano también se desempeñó en la misma profesión. (EL PAIS C. Cipriani López / A. López Reilly)

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