Nace un proyecto para atención de víctimas en Barros Blancos
URUGUAY, CANELONES, Barros Blancos (www.elcorresponsal.com.uy) A poco más de 22 kilómetros de Montevideo, integrando el amplio cinturón metropolitano que rodea a la capital desde e departamento canario, está Barros Blancos, una ciudad que detenta una de las cifras más altas de denuncias de violencia doméstica de todo el país. En el centro cívico Salvador Allende, Stella Novarese recibió a La República de las Mujeres para dialogar sobre un proyecto que pretende enfrentar y dar respuestas a esa problemática.
Un grupo de mujeres -militantes sociales en su mayoría y algunas políticas-trabajan activamente en Barros Blancos desde el año 2004 sobre diversas temáticas de género.
El disparador para concentrarse específicamente en la violencia doméstica fue el haber vivido de cerca esa situación con lo que le ocurría a una compañera del mismo grupo. "Acá no se cumplía con que la persona que va a denunciar tenga su espacio para poder hacerlo: lo hada en el mostrador junto con el que iba a sacarse la cédula, etc.
Logramos que se tomara la denuncia en un cuarto aparte -como dice la ley- y también logramos tener policías comunitarios", empieza a contar Stella Novarese, Otra dificultad importante se da cuando hay que hacer la denuncia en la noche: "La policía no puede ir a retirar al agresor, tiene que esperar hasta el otro día y la víctima no tiene adonde ir", explica. De ahí surgió la necesidad de formar redes para albergar a las víctimas. Asumiendo todos los riesgos que eso implica, les ha funcionado. Desde entonces vienen pidiendo un centro de atención para las víctimas de violencia doméstica en Barros Blancos, la instalación de una comisaría de la mujer y un mayor involucramien-to de todos los actores sociales y políticos de la zona.
"Nosotras siempre seguimos con el trabajo de acompañamiento y asesoramiento a las víctimas, porque el hecho de que existan instituciones del Estado no quiere dedr que funcionen o que se pueda acceder a ellas fácilmente. Acá existe el Mides (Ministerio de Desarrollo Social), que tiene una unidad de violencia doméstica.
Pero atiende una vez por semana dos horas" ejemplifica.
Dentro del grupo tienen mujeres que han vivido situaciones de violencia doméstica y las han superado. Sus testimonios son positivos en el trabajo con las actuales víctimas, porque dan un mensaje de que se puede salir. "Te dicen yo no me reconozco"(en como actué) porque se han curado. Tenemos que entender que esto es un tema de salud, que estamos en una sociedad enferma de violencia doméstica", analiza Novarese.
A denunciar a Pando...
Con la reciente instalación, por parte del Ministerio del Interior, de una unidad especializada en Pando, donde también funciona el único juzgado especializado en violencia doméstica existente en el interior del país, la situación en Barros Blancos "se complicó aún más, porque la comisaría de acá dejó de tomar las denuncias. Se instaló un container detrás de la comisaría de Pando donde se re-cepdonan las denundas de Toledo, Sauce, Suárez, Pando, Empalme Olmos y Barros Blancos", relata Novarese. Los traslados para hacer las denuncias no son fáciles de concretar. Lo que han conseguido, dialogando con el comisario de Barros Blancos, es que cuando una mujer se presenta a denunciar una situación de violencia doméstica, "existe el compromiso de trasladarla a Pando".
"Tiene que haber personas es-pedaüzadas en cada lugar, donde la gente tenga acceso rápido, porque es difícil para una mujer tomar la decisión de denundar y encima tener que trasladarse a otra dudadpara poder hacerlo en el estado de vulnerabilidad que se encuentra ", evalúa críticamente la activista.
Hogar de transición
Con el apoyo explícito del alcalde local y de numerosas empresas de la zona, la comisión de mujeres está trabajando en un proyecto de creación de un centro de atención a las víctimas de violencia doméstica para Barros Blancos. En el municipio, "Tbnemos comprometido tanto al oñdalismo como a la oposidón, así que de acá elproyecto sale sí o sí", asegura Novarese, quien considera que antes de agosto ese primer paso va a estar dado. Luego debe pasar por la Junta Departamental de Canelones y "la última palabra la tiene el intendente Marcos Carámbula ".
"Es un proyedo ambidoso y único. Queremos que sea un hogar de transidón donde la mujer pueda no solo pasar la noche cuando hace la denunda, sino que dé oportunidad de trabajar con ella para visualizar otras salidas. Queremos hacer talleres de capa-dtadón para lograr una inserdón laboral de esas mujeres, que fun-done una guardería para los niños y niñas mientras ellas van a trabajar y comprometerá las empresas no solo en la construcdón del centro sino después, para dar trabajo a esas mujeres", explica.
Lo van a tramitar mediante la obtención de una personería jurídica, pero lo que más desvela a Novarese es "hacer que este proyedo sea sustentable a futuro". Su esperanza es convocar a la participación y lograr el involucramiento de mucha gente.
Preocuparse y ocuparse
"Escuchamos todo el tiempo decir "¡qué preocupante el tema de la violencia doméstica!" Pero, ¿cuánto nos ocupamos del tema? "Muere una mujer cada 9 días por violencia doméstica, en el Uruguay" ...Y si yo dijera que están matando a un comerciante cada 9 días, ¿no sería alarma pública? La peor violencia la vive la mujer puertas adentro de su casa", enfatiza la activista.
Las medidas de restricción son poco efectivas y las denuncias se acumulan, llegando muchas veces a los desenlaces trágicos que nos hemos habituado a ver en la crónica policial. "Van muy pocas personas presas por violencia doméstica en nuestro país. Para que alguien vaya preso tiene que haber desñgurado a la mujer, dejarla media muerta o haberla asesinado", sostiene.
Los asesinatos por violencia doméstica no son ajenos a la realidad de Barros Blancos. Una de las últimas mujeres fue degollada "a pocos metros de acá (el centro cívico)".
La comisión de mujeres tiene estrecho contacto con las maestras comunitarias de las escuelas. "Ahíse han detectado muchos casos de abuso sexual y también han aparecido casos de violencia doméstica", valora Novarese y agrega: "Es muy bueno trabajar en red", aunque reconoce que no siempre se sabe cómo manejar estas situaciones.
Aún cuando todas las personas que trabajan en el proyecto son conscientes de la problemática, no es fácil comprender cómo funciona el círculo de la violencia doméstica y lo complicado que es salir. "Discutíamos las reglas que íbamos a tener en el centro. Entonces alguien dijo que si venían y luego retiraban la denuncia al agresor, ya no tenían derecho a volver, lo cual es un disparate porque así no las estamos ayudando", ejemplifica.
Más allá de las cifras
Novarese da talleres sobre género en el centro cívico o en comisiones de barrio, y se da cuenta que no hay percepción sobre todos los tipos de violencia que existen y se ejercen cotidianamente de un modo "natural". "Si el novio controla quiénes son los amigos de la novia en la red social, si no permite que vaya a tal o cual lado, eso ya es violencia", asegura Novarese.
Por ser madre de adolescentes, está en estrecho contacto con las formas de reladonamiento que se dan entre ellos y le preocupa cómo naturalizan conductas de control o descalificadoras, que las chicas explican diciendo ""me cela porque me quiere"cuando el mensaje subliminar de esos "celos"es "vos no sos conñable"".
En todos estos años de trabajo, la activista se ha preguntado muchas veces por qué hay tantos casos de violencia doméstica en Barros Blancos y tiene una teoría: "Obtengo una estadística de situación de vida de cada persona y hay un denominador común en el perfil de los agresores: en su mayoría son trabajadores sometidos a jerarquías, militares y policías y si vos mirás ¡as cifras de los tres lugares que encabezan esta estadística (Toledo, Barros Blancos y Paso Carrasco), la principal ocupación son cuarteles.
Creo que ahí hay un patrón común que habría que estudiar detenidamente", afirma "Muchas veces vienen y te dicen "yo aguanto por mis hijos"y nosotras, de una manera un poco dura, les hacemos ver que lo que les están enseñando es: al hijo a ser golpeador y a la hija a ser golpeada", relata dando cuenta de lo difícil y desgastante que es trabajar en el tema. "Yo siento que si una en veinte casos pudo salir, ya valió la pena el esfuerzo", concluye. (LA REPUBLICA DE LAS MUJERES (SUPL. DE LA REPUBLICA) INFORMACION / 28/07/2013/ Página 2)
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