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EL CORRESPONSAL

Sociedad de irresponsabilidad ilimitada

SANTA ANA (3002) Por Dr. Carlos Aparicio (http://aparicio.edu.uy) La sociedad uruguaya fracasa en emitir señales claras a la juventud del deseo de cumplimiento de una regla sencilla, que es pilar de otras muchas de la formación moral: que una hombre (o una mujer) debe responder por las maldades que comete. 

Una vez me tocó presenciar una asalto a un supermercado, y como estaba en el mercado fui a su vez asaltado. Cuando era joven, los asaltantes decían el consabido estribillo, esto es un asalto, manos arribas, etc., bueno ... eso no va mas.

Los asaltantes eran mayores, pero el grito de alerta era, arriba las manos, tenemos un menor armado entre nosotros y por tanto puede hacer lo que quiera.
Se llevaron el dinero de la caja y se fueron.

El sistema tradicional uruguayo establece la edad de la responsabilidad penal juvenil en los 10 años de edad, que es acumulativa a la responsabilidad de padres y educadores.

Sin embargo, alguien modificó el sistema y ya en la época del Código del Niño (plena dictadura de Terra), esa edad fue aumentada a los 18 años. 

La praxis legal, excluiría en la práctica la responsabilidad de padres y educadores.  (Cuantos padres y educadores están presos en este momento por acto de sus hijos o entenados?)

No había disposiciones sobre los derechos de las víctimas, ni sobre el mensaje discepoliano que se estaba y se está dirigiendo a la juventud no delincuente.
Todo este problema de protección a los niños delincuentes, tiene su contrapartida, en el daño que se le causa a los niños no delincuentes que trabajosamente son educados por sus padres dentro de las reglas morales de la comunidad a veces en ambientes de extrema pobreza.

Los partidarios del sistema tuitivo hacen hincapié en que una gran parte de los niños uruguayos son pobres, queriendo decir que son proclives a la delincuencia, y eso es solamente un agravio gratuito que se hace a la mayoría de la comunidad.

Sin embargo es un hecho, que ante las dificultades de las agencias en tratar el problema de la delincuencia juvenil, nos encontramos con la existencia del joven delincuente, como un fenómeno perfectamente individualizado en el barrio o localidad.

Este joven tiene dinero, posiblemente moto (si no la tiene roba una), anda bien vestido, consigo citas con chicas, toda una situación que el otro vecino honesto, no tiene, y que por el contrario tiene que enfrentar las dificultades de la pobreza.
A pesar de ello, la inmensa mayoría de la juventud es honesta, aunque el mensaje discepoliano e inmoral que le envía la sociedad mayor es recibido.

Ahora se discuten dos problemas, la edad de la responsabilidad, siendo una constante el pedido de establecimiento de una edad fija, lo cual no es necesario, lo que hace a las personas responsables no es la edad, sino su grado de comprensión del bien y el mal y eso puede dejarse a criterio judicial en cada caso concreto.
El otro problema es la destrucción de los antecedentes.

En los hechos no es un tema demasiado importante: los juicios debieran ser públicos.

Aún así, cuando hay que juzgar a un mayor siempre es conveniente saber ante quien se está. Sobre todo, que el mantenimiento de antecedentes, no siempre perjudica al mayor (ex menor)  juzgado, sino que a veces lo beneficia ante el criterio de un juez inteligente.

Claro que estas soluciones, no garanten la solución del problema juvenil que está muy en otro lugar. No se trata de algunas recomendaciones de organismo internacionales, que ignoran por completo las realidades nacionales.

Se trata, que detrás de cada menor hay un mayor, y detrás de cada mayor hay una familia, y detrás de cada familia están las agencias de seguridad.

No hay forma de entrar en este problema sin hacer efectivas responsabilidades de los menores y de los mayores. Pero aún por encima de esto está la motivación.  No tenemos nada parecido a lo que es un kibutz judío (comuna agraria) para estimular y ayudar a la gente a producir.

Esta institución sumamente exitosa en Israel, debiera al menos intentarse en Uruguay. Y si esto tiene un camino de salida, es por aquí que se va a encontrar.
Insistimos que no creemos que estas medidas erradiquen el mal, pero al menos evitarán a difundirlo al conjunto social.

Además, el tema podría enseñar a los uruguayos, las ventajas de tener a la moral y el derecho integrados, no solo en el derecho punitivo juvenil, sino en la lucha contra todos los elementos generadores de pobreza y marginación.

2 comentarios

Nelson Rainmaker -

Porque los sucesivos gobiernos que nos han "tratado" de guiar, no han tenido la brillante idea de armar cooperativas agrarias con los presos de menor peligrosidad -y sus familias-, dando la oportunidad de alejarlos de malas ideas y acciones y dando también la oportunidad de trabajar (actitud que siempre ennoblece el caracter), que ayudaria a reconvertirlos y hacerlos productivos a la sociedad, y ayudando a poblar la campaña y produciendo materia prima para todos los hermanos uruguayos ?
Porque a su vez de sequia en sequia el dichoso gobierno de turno no hace lo posible para que todo productor tenga su propio POZO ARTESIANO o como sea que se llame a un elemento tecnologico que sobre el ACUIFERO GUARANI permita extraer el liquido elemento capaz de alimentar plantas y ganado ? No me repondan por favor...

R SK -

BRILLANTE ARTÍCULO.."LA MANO QUE MECE LA CUNA ES LA MANO QUE MUEVE AL MUNDO" NO ESTARÍA DEMÁS COMENTAR CUANTA MADRE FALTA EN CASA!