Prácticas obsoletas en los residuos solidos de Canelones
URUGUAY, CANELONES (www.elcorresponsal.com.uy) El gobierno departamental de Canelones proyecta la construcción de una nueva planta para la gestión de los residuos sólidos, que le permita enfrentar con mejores expectativas el manejo de los mismos.
La idea original apuntaba a lograr la construcción de instalaciones de tecnología avanzada en la clasificación, recuperación, valorización, tratamiento y disposición final de los residuos de todo el departamento.
Canelones vive una situación crítica en ese sentido, exhibiendo en empalme Olmo el vertedero de Cañada Grande, en el cual no se realiza ningún tratamiento de la basura. Son notorios los perjuicios ambientales y sanitarios para la zona de influencia. Hasta ahora los reclamos de los frustrados vecinos han resultado tan justos como inútiles.
Se realizó una licitación pública presentándose tres oferentes. Entre otras cosas debían proponer el sitio de construcción de la futura planta. El resultado final de este procedimiento es que se escogió un terreno de 90 hectáreas en el Municipio de Soca, en el kilómetro 50 de la ruta 8, próximo al peaje.
Este caso plantea por lo menos dos problemas muy serios a considerar. En primer lugar: la idea original de un centro de tecnología moderna para la gestión de los residuos sólidos, al parecer resultó muy costosa y se habría cambiado por algo más barato y nada recomendable co-mo un relleno sanitario. De ser así, resultará muy difícil de evitar que ocurran episodios de contaminación del sistema hidrológico de la zona, mediante fugas de lixiviado a las napas freáticas y a los cursos de agua cercanos. Cabe recordar que en el lugar escogido se encuentran algunas cañadas que son tributarias de Solís Chico, el cual desemboca en el Río de la Plata en zona de importantes balnearios canarios como Parque del Plata, Las Vegas y La Floresta.
En segundo lugar: como ha sido costumbre de las actuales administraciones se ha considerado "secreta" la información de proyectos de desarrollo de envergadura, ocultándosele a la sociedad civil alcances y detalles de las obras que se proyectan realizar. Al parecer lo que intentan evitar con esta indefendible estrategia es que se produzca una reacción de los sectores que pudieran sentirse afectados, canalizada en propuestas y movilizaciones que comprometan las negociaciones con los particulares. O sea, exactamente lo contrario a lo que siempre incluyen en sus discursos: participación, transparencia, empoderamiento y gobernanza.
El resultado inevitable es que no sabemos, a ciencia cierta, los alcances del proyecto que se pretende aprobar para mejorar la gestión de los residuos sólidos canarios.
Resulta obvio que cada vez es más difícil abrir una nueva planta de residuos en cualquier parte. Nadie la quiere en el vecindario. Pero por complicado que resulte, el camino nunca es el secreto. Sí lo es la transparencia, el diálogo y la apuesta a la mejor tecnología disponible aunque el costo sea mayor.
En estos temas de salud social y ambiental, de perjuicios económicos notorios, las apuestas deben mirar muy alto. No se puede recurrir a remiendos como se hizo en el pasado. El Plan de Ordenamiento Territorio de Canelones ?y del resto del país? se debe elaborar con extrema responsabilidad. (Hernán Sorhuet Gelós/ EL PAIS | EDITORIAL | 25/07/2018 | Pag. 13)
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