Como ser un buen veraneante
URUGUAY (www.elcorresponsal.com.uy) Haciendo boca (por Darwin Desbocatti en Busqueda) Recomendaciones de la Armada del Uruguay para ser un buen veraneante (las recomendaciones son reales; las interpretaciones libres corren por mi cuenta). Siempre es bueno tener a mano estas listas de recomendaciones inútiles que sacan diferentes estamentos estatales.
Repasemos las de la Armada.
Colabore con el mantenimiento de la higiene y limpieza de las playas, no arrojando residuos.
Imposible que esto suceda en el país del nylon. El nylon volador de la pizza, la bolsa de nylon con cáscara de tangerina, la bolsa de leche (nunca sabré cómo llegan las bolsas de leche a la playa, no se me ocurre cómo un ser humano puede ingerir una bolsa de leche tibia en la playa, lo pienso y me dan arcadas), etc. Esas cosas a Yemanyá le encantan porque es una gorda terraja y angurrienta, pero no están bien vistas por las autoridades. Se considerará arrojar un residuo la acción de ir a la playa con el abuelo y cuando se quede dormido, levantar rápido las cosas, huir y dejarlo ahí (misma consideración para un grupo de frenteamplistas con Fernández Huidobro).
Está prohibido acampar y/o hacer fuego en la franja costera.
Si algún frenteamplista tenía pensado prender fuego a Fernández Huidobro —en lugar de dejarlo solo cuando se duerma y huir—, olvídese: está prohibido.
No concurra a la playa acompañado de perros o cualquier otro animal doméstico desde las 9:00 hasta las 20:00 horas.
¡Qué ilusa la Armada! Ya perdimos esa batalla. Un día me voy a comprar un tigre de bengala solo para bajarlo a la playa y que se coma todos los perros.
No concurra a la playa con objetos de valor (déjelos en su casa, así los chorros pueden hacer su trabajo), ni deje sus pertenencias solas en la arena cuando ingrese al agua o se aleje del lugar.
No estoy de acuerdo con esta recomendación; justifica al individuo que se mete al agua con lentes de sol y sombrero, algo que debería estar prohibido por la Secretaría de Conservación del Sentido del Ridículo.
Respete las señales que indican las condiciones del tiempo: Rojo (Peligro), Amarillo (Precaución), Verde (Habilitado).
Ver la bandera amarilla me produce indignación: ¿puedo bañarme o no, carajo? Necesito mensajes claros. Cuando está amarilla es como que lo dejan a criterio de uno y entonces, ¿para qué ponen banderas si al final van a dejar el diagnóstico en un “vos ves, es tu vida, hacé lo que quieras”? La bandera amarilla indica falta de personalidad del salvavidas a cargo. Además, faltaría una bandera azul (novia del salvavidas echada debajo de la garita, no se acerquen a coquetear con el hombre porque le complican la vida).
Si ingiere alimentos, espere al menos tres horas para bañarse.
Imagino que esto incluye a un oficial de la Armada con un arma que ayude a convencer a niños ansiosos a respetar esta recomendación.
No se aleje a aguas profundas. Usted puede ser un gran nadador, pero quien lo imita no.
Me gusta mucho esta psicología que aplica el manual: afila al individuo al que se dirige mientras descalifica al resto. El viejo truco psicológico de “usted es un crá, pero la gilada es la gilada”. ¿Tan rudimentarios somos los seres humanos? Se ve que sí.
Las zonas portuarias, muelles y escolleras son peligrosas; podría no ser visto desde una embarcación que navegue en la zona.
Además, son un asco. En general, los barcos tiran todos sus residuos ahí; en caso de que se meta intente no respirar adentro a menos que quiera tragarse las heces de algún oligarca con yate o de un pescador japonés.
Si practica deportes náuticos utilice chalecos salvavidas.
Utilice también una calculadora; lo que comen la billetera los deportes náuticos no tiene nombre. Hay pocas cosas en la vida que merman tanto económicamente por tan poco: los caballos, los hijos, las murgas y los changos. Pero los deportes náuticos encabezan la lista.
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