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EL CORRESPONSAL

¿El fin justifica los medios?

URUGUAY, CANELONES (www.elcorresponsal.com.uy) Mujica cenó con el Sunca para recaudar fondos para contruir una fábrica de baldosas en la colonia Berro y venderselas a la Intendencia de Canelones y la de Montevideo. El embajador Dovena (Argentina) pagó el ticket pero no fue a la comida. Con los mejores vinos uruguayos y whisky importado, el Sunca, un sindicato liderado por comunistas, agasajó a empresarios y políticos en el quincho de Varela. Todo para juntar fondos y construir una fábrica de baldosas en la Colonia Berro.

El miércoles fue un día agitado para el presidente José Mujica. En la mañana se reunió con el canciller Luis Almagro en su chacra de Rincón del Cerro para definir la situación de UPM. Sobre las 15.30 entregó la ceibalita un millón, y a las 17 anunció la ampliación del permiso de producción para UPM.

Dos horas después el canciller argentino Héctor Timerman respondió que llevaría el caso a La Haya. A esa hora gran parte de los actores del gobierno y el empresariado junto a parte del cuerpo diplomático ingresaban al quincho de Varela a participar de un evento benéfico organizado por el Sunca.

Sobre las 21 horas el presidente y la senadora Lucía Topolansky ingresaron al quincho de su vecino y se sentaron en la cabecera de la mesa principal junto a los más importantes dirigentes sindicales y a escasos metros de la embajadora de Estados Unidos, Julissa Reynoso.

El sindicato de la construcción organizó una recepción en el quincho de Varela, para recaudar fondos para comprar el equipamiento necesario para una fábrica de baldosas en la Colonia Berro, el centro de reclusión para menores infractores del INAU.

En primera instancia las baldosas serán vendidas a las intendencias de Montevideo y Canelones pero también podrían ser distribuidas en las viviendas del Plan Juntos.

La organización del evento estuvo en manos del aparato político del Partido Comunista (PCU) en apoyo de la dirección del Sunca, que en su mayoría pertenece a ese sector.

Para participar de la cena había que comprar un ticket de US$ 200. Se sirvieron unos 270 platos pero la recaudación superó los US$ 100.000 porque algunos empresarios de la construcción pusieron más dinero, según datos de la organización.

Como aperitivo los comensales bebieron whisky importado con 12 años de añejamiento, con sandwiches y chorizos picados. El plato principal consistió en asado y pollo con ensaladas a elección, vinos de las principales bodegas nacionales.

Varias personalidades compraron tickets y no fueron.

Uno de ellos fue el expresidente Tabaré Vázquez quien compró tres. En su lugar estuvo el exdirector de Sepredi de su gobierno, José Luis Veiga, y su hermano el subsecretario de Interior, Jorge Vázquez, que se presentó junto a su esposa.

Otro que compró varios tickets fue el embajador argentino ante Uruguay, Dante Dovena. "Compró y pagó, pero con todo esto es muy difícil que venga", dijo uno de los integrantes de la organización.

La mayor parte de los invitados eran empresarios de la construcción, según confirmaron los organizadores. Pero también había de otros sectores industriales y de servicios.

Para ellos quedó reservada el área que circunda la piscina del quincho, sobre ella se colocó una enorme carpa para impedir el pasaje del frío.

La plana mayor del gobierno prefirió ubicarse en las mesas más cercanas a Mujica. Cuando el dúo folclórico Larbanois-Carrero comenzó su actuación, la presidenta de Antel, Carolina Cosse, se sentó al lado de Mujica para ver el espectáculo.

En determinado momento el presidente salió a recorrer las mesas. Habló con varios invitados, entre ellos Enrique Rivero, exfuncionario de la Unidad de Información del Ministerio del Interior del gobierno de Vázquez.

De inmediato Rivero tuiteó lo que dijo el presidente. "Genera más fósforo el tajamar de mi casa que la planta de UPM", informó Rivero que dijo Mujica. "Me acorralaron políticamente con lo de La Haya", también habría dijo el presidente.

A la salida de la cena, se le preguntó a Mujica por los dichos de Timerman y dijo: "¡Uhhh!, esto va a seguir".

Mujica, caudillos y tradiciones

De boina, caminando lentamente y del brazo de la senadora Lucía Topolansky, el presidente José Mujica ingresó al quincho de Varela sin la guardia habitual. Cuando ingresó fue recibido por los integrantes de la cúpula del Partido Comunista (PCU) y el líder del Sunca, Óscar Andrade.

En una entrevista concedida al semanario Voces, Mujica dijo de Andrade que "el Sunca tiene un señor caudillo (...) y un señor dirigente, es un cuadro. El PCU no tiene otro hombre de masas como ese, es un regalo de los dioses que le dio la historia".

Luego que hablaron los sindicalistas tomó la palabra Mujica.

Ante un público compuesto por empresarios, figuras políticas y la embajadora de Estados Unidos, Julissa Reynoso, confesó su visión sobre su infancia y juventud guerrillera.

"Esta es la historia. De gurí yo salía a parar a Luis Batlle que salía a caminar con un perro por la cancha de Cerro cuando la estaban construyendo. Esa es una de las mejores tradiciones que tiene nuestro país. No por los de la izquierda, que estamos en el poder, es una característica de lo mejor de la nación.

Alguna vez erramos el camino, se nos vinieron los humos a la cabeza. Pero más bien como decepción.

Somos profundamente republicanos, nadie es más que nadie pero todos tenemos una deuda social", dijo el Presidente Jose Mujica. (Pablo Melgar/ EL PAIS/ INFORME NACIONAL/ 04/10/2013/ Página 9)

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