Usted, ..¿no desconfiaria?
URUGUAY, CANELONES (www.elcorresponsal.com.uy) Hay desconfianza en los barrios del 7 Zonas Vecinos, pues sostienen que gobierno hace campaña electoral, pero se alegran de las medidas que trae en Plan 7 Zonas.
Los vecinos que viven en algunos de los barrios que serán abarcados por el Plan 7 Zonas celebran el proyecto que llevará luz, pavimento, guarderías y plazas, pero al mismo tiempo desconfían de que se trate solo de una estrategia electoral.
Carlos Tapia
En la Cantera del Zorro, próximo a Tres Ombúes (Montevideo) y Villa Manuela, en Barros Blancos (Canelones), todos parecen tener una historia que contar sobre inseguridad.
Aunque al mismo tiempo se alegran por los cambios venideros y aquellos que ya se notan: como una mejora en lo que respecta al servicio de recolección de basura (más que nada con la asiduidad del paso de los camiones) y el pasaje de patrulleros policiales en la noche.
En Villa Manuela, Barros Blancos, ya se pueden ver las máquinas trabajando para la próxima colocación de pavimento en algunas calles de tierra colorada. Algún que otro vecino se dice molesto por el ruido, pero son excepciones, la mayoría se alegra porque "al fin" se están empezando a hacer las reformas que tanto se han reclamado. Sin embargo, la desconfianza sobrevuela el aire.
"Hace cinco años que vivo acá. Esto de pasar la máquina lo hacen siempre, después no vienen más y cuando llueve todo se vuelve a inundar... Creo que se dan cuenta de las cosas medio tarde.
Las elecciones son el año que viene... y uno desconfía", dice Mateo (35), que vive en una casa de madera a una cuadra de la Ruta 8, en la que está la entrada a Villa Manuela, junto a su pareja, Claudia, de 35, y los hijos de 8, 10, 11 y 13 años de ella.
Él está desocupado y a veces hace changas, ella trabaja en el plan Uruguay Construye del Ministerio de Desarrollo Social.
Mateo se lamenta de que en el barrio haya "malandrines", pero sostiene que estos no son de allí sino que se trasladan desde otros barrios para robar.
Enfrente de la casa de él vive Gabriel, de 17 años. Aunque ha repetido algunos años está decidido a terminar sus estudios. Asiste al Liceo N° 1 de Barros Blancos en el horario nocturno. Pese a que la distancia desde su casa no es mayor de cinco cuadras, a veces ese trayecto se convierte en toda una odisea.
"Es un lugar peligroso. Desde la clase muchas veces se oyen tiros. Lo que hago es ir por un camino más largo para tratar de que no me roben. Me han querido robar como 20 veces ya; en diciembre pasado me agarraron cinco, me pegaron y me sacaron los championes", cuenta Gabriel, que sostiene que su barrio "está lleno de bocas de pasta base".
"Últimamente el tema de la seguridad está horrible. A las siete de la mañana ya tiran al suelo a los botijas del liceo para sacarle las mochilas y el celular", dice por su parte Angélica, de 25 años, y que hace cinco atiende un supermercado de la zona.
Ella trabaja a metros de las casas de Mateo y Manuel y a la vuelta de la pizzería en cuya puerta en el mes de marzo pasado apareció un delincuente muerto de un balazo. Angélica, que también desconfía del momento en que se están llevando a cabo las obras (a casi un año de las elecciones), fue asaltada a mano armada dos veces en los últimos meses.
En tanto Jorge, de 23, que vende tortas fritas a la vera de la ruta, sostiene: "están buenos los cambios, pero están haciendo política... El problema de la inseguridad existe desde hace mucho tiempo".
Tres Ombúes.
En tanto, a unos cuantos kilómetros de allí, en el barrio Cantera del Zorro, próximo a Tres Ombúes, los vecinos se muestran más alegres por los cambios. "Veo más patrulleros. Ayer unos policías me preguntaron si sabía algo por el robo de `Ceibalitas`. Parece que se hicieron varias denuncias", dice Gladys, de 60 años, desde un banco de la plaza Tres Ombúes, epicentro de las reformas que propone el Plan 7 Zonas.
Allí se planea crear un Centro Cívico que contará con una red de pagos, un espacio polideportivo para skate, cancha de básquetbol y la primera cancha de pasto sintético pública.
"A nosotros nos parece mentira todo esto, es como un sueño", sostiene Esther, de 63 años y que hace 50 vive frente a la plaza. Ella milita en el comité de base del Frente Amplio que también está allí y el cual fue visitado ayer por la intendenta Ana Olivera.
"El tema de la seguridad es muy bravo acá. Ahora con todo esto va a estar más tranquilo. Ya esta semana hicieron un allanamiento en una boca de pasta base", sostiene Esther.
En tanto Julio González, director del Proyecto Botija, una ONG que trabaja con la financiación del INJU con jóvenes de la zona (niños en edad escolar asisten allí después de ir a la escuela, se les da de comer y además tienen clases de inglés, guitarra, huerta y deberes vigilados), advierte que "pronto el barrio se verá renovado".
"Mi postura es que los temas de seguridad no se arreglan con más policías; con este tipo de proyectos se contribuye a solucionar el problema de manera indirecta.
Si todo se cumple, ellos van a crecer en un barrio distinto al que tenemos ahora", dice González rodeado por algunos de los 110 menores que asisten a esta ONG. ( EL PAIS/ INFORME NACIONAL/ 08/09/2013/ Página 8)
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Mary -