Beraca, 28 hectáreas y un Pastor
URUGUAY, CANELONES (www.elcorresponsal.com.uy) Una semana de Evangelio y orden: el campamento Beraca desde adentro. Más de 1.600 jóvenes asisten al predio de 28 hectáreas de la iglesia Misión Vida con el diputado blanco Dastugue como pastor.
"¡Dale, pastor, dale!". El diputado del Partido Nacional (del sector de Verónica Alonso) y pastor evangelista, Álvaro Dastugue, era alentado por su equipo en un partido de fútbol organizado en una de las canchas del predio de Beraca, la organización de la iglesia Misión Vida, que cada enero realiza un campamento para jóvenes que tiene como foco compartir los valores cristianos.
Desde el lunes 21 hasta el domingo 27, Dastugue deja totalmente de lado la política y pasa a ser uno de los responsables de la organización del campamento junto a unos 25 pastores más.
Más de 1.600 personas de entre 13 y 35 años se anotaron este año para pasar una semana realizando talleres, leyendo el Evangelio, comiendo al aire libre con otras 500 personas y viviendo en carpas. Vinieron desde Chile, Argentina, Brasil, Perú, México, Colombia y de todos los departamentos uruguayos para conocer a otros jóvenes, tener una semana de vacaciones al aire libre y participar de charlas brindadas por evangélicos en la que los valores tradicionales de la familia son uno de los focos principales.
Los jóvenes asisten a talleres sobre noviazgo, matrimonio, qué implica el Evangelio, entre otros temas, todos brindados por pastores uruguayos o invitados internacionales. Muchos de esos invitados son músicos que tienen bandas cristianas.
Entre los asistentes al campamento hay grupos que se trasladan a Beraca por estos días, como es el caso de 80 adolescentes que llegaron desde Santa Lucía (Canelones), y otros que viven en hogares del predio ubicado en el kilómetro 21 de la ruta 8 y comparten esa semana de estudio y distensión con los visitantes. Ese es el caso de Matías, un joven de 22 años que vive desde hace tres en un hogar y dedica su vida a la iglesia Misión Vida. Este miércoles, cuando El Observador visitó el campamento, llevaba puesta una remera en la que se leía la palabra "Legado".
El pastor y diputado Dastugue explicó que esa palabra es el lema que los acompañará durante toda la semana porque pretenden que lo que se enseñe en estos días sea transmitido por los participantes a quienes no están vinculados a la iglesia, o que nunca participaron de un campamento de ese tipo.
El predio tiene 28 hectáreas, fue comprado por la organización en la década de 1990 y allí fueron construidas las casas de varios de los pastores, entre ellos Dastugue. La casa del diputado, por ejemplo, es una cabaña de madera de estilo suizo, donde vive con su esposa y sus dos hijas, de 6 y 2 años. La esposa de Dastugue es hija del pastor Jorge Márquez, líder de Misión Vida.
La voz del suegro de Dastugue se escuchaba en gran parte del predio a través de magáfonos colocados en postes porque la radio de la iglesia transmite durante esa semana desde el propio campamento y el pastor Márquez estaba dando una audición.
En el campo también hay una piscina, un templo para 2.000 personas construido en 2015 y decorado con una enorme cruz de vidrio, un escenario fijo -que según Dastugue es uno de los más grandes del país-, comedores para 500 personas, parrillas donde entran toneladas de carne, baños para hombres y para mujeres con capacidad para 40 personas cada uno y canchas de fútbol donde bien se puede jugar un 11 contra 11. Al costado de una de esas canchas flamea una bandera de Israel, país al que la iglesia Misión Vida le rinde homenaje cada vez que puede. De hecho el cartel con el nombre Beraca al ingreso del predio, está escrito en hebreo.
"Leña para la oración"
La asistencia al campamento de enero es totalmente gratuita e incluye desayuno, almuerzo y cena. Antes de cada comida, es obligatorio rezar para agradecer y se escuchan canciones a las que les cambiaron la letra. Por ejemplo, a la de cumbia Leña para el carbón la modificaron y cantan "leña para la oración".
Los participantes pueden llevarse sus carpas o, en su defecto, dormir en las que les da la organización. El costo de todo el evento es de unos US$ 200 mil.
Llegar al campamento de Beraca implica aceptar una semana de disciplina, con una serie de reglas que, si se rompen, derivan en la expulsión del responsable. Al llegar al campamento cada participante recibe un programa en las que se detallan las reglas, que fueron escritas por el diputado Dastugue.
Entre ellas, por ejemplo, se prohíbe cambiarse de carpa o entrar a una ajena, fumar tabaco, consumir cualquier tipo de drogas o alcohol y se aclara que si la conducta de quien participa "discrepa con la moral y las buenas costumbres establecidas en el campamento, se estará expuesto a ser expulsado sin derecho a reclamo de ninguna índole". Eso sucedió con tres adolescentes a los que encontraron consumiendo pasta base y debieron abandonar el evento. "Si los dejamos consumir, el primer día son tres y al poco rato son quince", reflexionó el pastor.
Dastugue también tuvo que resolver qué hacer con una chica de 16 años que desapareció durante toda una noche y apareció a la mañana siguiente. Finalmente, fue un familiar a buscarla.
Situaciones como esas no les son extrañas a los organizadores. Muchos de quienes asisten acaban de salir de prisión, son consumidores de droga o están en rehabilitación y viven en situaciones de contexto crítico. Hace un tiempo hicieron un estudio que develó que 40% de los asistentes a los campamentos de Beraca había sido abusado sexualmente alguna vez en su vida.
Aun así la idea es que quienes se acercan al campamento Beraca disfruten de la diversión pero también de la lectura del Evangelio y acepten seguir los valores que pregona la iglesia Misión Vida, por lo menos por esos siete días. (Natalia Gold gold@observador.com.uy EL OBSERVADOR | ACTUALIDAD | 25/01/2019 | Pag. 11)
3 comentarios
Rosa -
Soy migrante y víctima de violencia de género,me pueden ayudar por favor.
Bendiciones
Karen silva -
Rafael -