Un escritor y ex preso politico cubano viene a presenciar la asunción de Lacalle Pou a la Presidencia de Diputados

INTERNACIONALES (3003) El cubano Armando Valladares viene para presenciar la asunción a la Presidencia de la Cámara de Diputados del diputado Lacalle Pou.

Valladares es pintor, poeta y escritor. Paso 22 años en las cárceles políticas de Cuba. Recibió el Premio Libertad del Pen Club. Amnistía Internacional lo registra como preso de conciencia.

El entonces presidente francés François Mitterrand pidió a Castro su libertad. Sirvió bajo las administraciones de los presidentes Ronald Reagan y George Bush (padre), 

Ronald Regan después de leer sus memorias de prisión Contra toda Esperanza lo nombró Embajador de EEUU ante la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU.

Logró la condena de Cuba por la violación de estos derechos por lo cual recibió la Medalla Presidencial del Ciudadano, la segunda condecoración mas importante que puede recibir un civil en EEUU.

También el Superior Award la más alta distinción que concede el Departamento de Estado a los diplomáticos.

Es Chairman de Human Rigths Foundation radicada en New York y de la Fundación Valladares que defiende el derecho de los niños. Es autor de Alma de un Poeta, Desde Mi Silla de Ruedas, El Corazón Con Que Vivo y Cavernas de Silencio.

Armando Valladares Pérez nació el 30 de mayo de 1937, es escritor y ex embajador norteamericano, aunque trascendió a la opinión pública internacional como prisionero político y de conciencia, por sus 22 años en prisión y su carácter de opositor a la revolución cubana.

Fue encarcelado en diciembre de 1960, a los 23 años de edad, pasando en prisión un total de 22 años. Valladares afirma que la causa había sido negarse a estampar en su escritorio de trabajo una calcomanía pro-comunista.

Por su parte, según el gobierno cubano y la prensa de la época, habría trabajado como policía en el régimen de Fulgencio Batista y detenido acusado de amenazar la seguridad del Estado, a causa de haber colocado cajetillas de tabaco rellenas de explosivos en lugares públicos en La Habana, como parte de una célula terrorista en la que también se encontraría -según esta versión- Carlos Alberto Montaner.