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EL CORRESPONSAL

Encarcelan al joven verdulero que mato al joven delincuente

URUGUAY, CANELONES, Barros Blancos (www.elcorresponsal.com.uy) Nicolás Galo, ’el dengue’ Galó, probó pasta base a los 14 años y luego se dedicó a robar casas de Barros Blancos. La tarde anterior a su muerte, el "Dengue" se despidió de su madre. Estaba "jugado". Sus familiares también temían que lo iban a matar en cualquier momento por su estilo de vida, que puede resumirse en dos palabras: pasta base y robos.

El domingo pasado yo estaba cansada de trabajar y dormí una siesta. Por primera vez él me cubrió a besos. En un primer momento lo confundí con mi hijo mayor. Después vi que era él. Se estaba despidiendo de mí", dice a El País Margarita Galó Godín, la madre de Nicolás Galó, el "Dengue".

Margarita Galó Godín trabaja desde hace más de 20 años en una avícola de Barros Blancos, Canelones. En algún momento, Nicolás Galó, alias el "Dengue" -según la Policía le decían así porque arrasaba con todo lo que encontraba en el camino - también preguntó por Pablo, su hermano mayor. "Él presentía que le iba a pasar algo", aseguró la madre.

Esa tarde del domingo 24, el "Dengue" recién se había bañado y lucía ropas decentes. Cada vez que caía por la casa de su madre, ubicada en Zabala y Los Ceibos, Nicolás se bañaba, comía algo y luego la esperaba a que volviera de la avícola. No le gustaba que su madre lo viera mal.

Tras despertar y saludar a su madre, el "Dengue" se calzó un gorro rojo y agarró una mochila negra. Nadie sabe con precisión qué llevaba en la mochila.

Esa noche la pasó tirado en cualquier lugar. El "Dengue" acostumbraba dormir en un campo ubicado cerca del basurero de Pando (ruta 8 a la altura del kilómetro 28).

Temprano en la mañana comenzó su trajín. Su camino fue el mismo de hacía días, de hace años. Se dirigió a una "boca" de venta de drogas, de las tantas que hay en Barros Blancos.

El "Dengue" era un viejo conocido de los regentes de la "boca". Desde los 14 años es consumidor de pasta base.

"Esa maldita droga lo liquidó. En mi trabajo ofrecieron internarlo en Beraca y él dijo que sí. Cuando llegaba el momento decía que no, que la droga era más fuerte", rememora la madre del joven muerto.

Nadie sabe qué le dieron en la "boca" de venta de drogas. En el barrio se comenta que le suministraron un blíster de pastillas (ansiolíticos). Los familiares de joven muerto suponen que de la "boca" de pasta base, el "Dengue" se fue a una verdulería ubicada en Camino El Gallo y Los Cardos, a unas cinco cuadras de la ruta 8.

Esa misma mañana del lunes 25, el joven D.F., de 19 años, se levantó muy temprano. Su rutina también era igual a la de los días desde que abandonó los estudios liceales. Este año pensaba cursar la UTU.

Junto con sus hermanos más pequeños, D.F. debía esperar a que su padre llegara con el camión cargado de frutas y verduras proveniente del Mercado Modelo. En otras ocasiones, D.F. acompañaba a su padre al Mercado Modelo donde este atiende un puesto. Ahí su jornada laboral empieza más temprano: a las 4:00 de la mañana.

En la mañana de ese lunes, D.F. y sus dos hermanos, de 16 y 13 años, acomodaron cajones de verduras y frutas.

A las 8:00 comenzaron a recibir a los clientes "madrugadores". "Toda esa familia es muy trabajadora. Y muy buena gente. Los hijos del verdulero -entre ellos D.F.- me llevan a mi casa las verduras, y ni propina aceptan. Es una injusticia que ese chico haya sido encarcelado por defender lo suyo", dijo la vecina María Rodríguez.

Hace cuatro años que la familia se mudó a esa casa. Antes estaban sobre la ruta 8.

A las 8:30 horas de ese lunes, D.F. y el "Dengue" se encontraron frente a frente.

El "Dengue" intentó venderle una hidrolavadora robada que había dejado en una cuneta sobre la avenida Los Gallos, a poca distancia de la verdulería.

"Te la vendo barata", dijo. El verdulero lo rechazó.

El "Dengue" se enfureció. "Tienen plata y se la guardan. No sé para qué", gritó.

En silencio, D.F. dejó un cajón de verduras a un costado. Se metió en su casa, que se encuentra al fondo del puesto de verduras. Su padre dormía. Le sacó la llave del ropero y extrajo un arma. No estaba cargada. Tras cargarla, el joven la colocó en su cintura por la espalda, según el relato que él mismo le hizo al juez de Pando, Gonzalo Silva. Ayer fue procesado con prisión. (Ver nota aparte).

AMENAZAS.

El "Dengue" continuaba gritando afuera de la verdulería. "Yo seguí trabajando y él siguió hablando desde afuera. Gritando que iba a matar a mi padre, a mi madre, y me saqué (enojé) y le tiré porque no voy a dejar que vengan a matar a mi padre y mi madre", declaró D.F. en el Juzgado.

El joven dijo que efectuó el disparo "al pecho" del "Dengue" y negó que viera un arma en poder del occiso.

"Él me decía que tenía un arma y que me partía a mí, a mi madre y a mi padre y cuando metió la mano en la mochila le tiré por las dudas", señaló el matador.

En el comercio, dijo, no había celular. "No se me ocurrió llamar a la Policía", reconoció.

Consultado por el magistrado sobre si prefirió arreglar por sí mismo el problema con el joven drogadicto, D.F. respondió: "Sí. Le dije que se fuera y estuvo como media hora después ahí. Eso me enojó".

Tras efectuar el disparo al tórax del "Dengue", D.F. volvió a la casa, despertó a su padre y le narró lo que había ocurrido.

A unos 50 metros del lugar, el vecino José Reyna observaba la escena apoyado en su parrillero. Dijo que, antes de recibir el disparo mortal, el "Dengue" lanzaba insultos. "¡Decile a tu padre que venga!", gritaba.

Tras recibir el disparo, el "Dengue" caminó tambaleándose hasta la esquina de la avenida El Gallo y Los Cardos, y cayó boca abajo.

Reyna dejó pasar unos minutos después de escuchar el tiro. "El muerto tenía una herida de bala que ingresó en el tórax. Le tiraron de frente y le salió por debajo del brazo", dijo.

A poca distancia se encontró un revólver calibre 38 con los números limados y dos balas en la recámara. El juez Gonzalo Silva pidió que se realice un estudio de huellas dactilares para constatar si el muerto lo empuñó o no.

Según un relevamiento fotográfico de Policía Técnica, el "Dengue" tenía un cuchillo Tramontina en el short.

Hasta hace tres años, el "Dengue" vivía junto con sus varios hermanos -tiene siete- en una casa humilde ubicada en Zabala y Los Ceibos.

Cuando era menor, entraba y salía de los hogares de la Colonia Berro. Como adolescente tiene 14 entradas, la mayoría por hurtos, según un informe al que tuvo acceso El País.

Apenas cumplió los 18 años cometió un hurto. Ocurrió el 14 de diciembre de 2007. Fue procesado sin prisión. A partir de ahí inició una "carrera delictiva" marcada por siete procesamientos: cinco por hurtos, uno por lesiones y otro por violación de domicilio.

Viejo conocido de los efectivos de Investigación de la comisaría de Barros Blancos, el "Dengue" fue indagado por última vez hace 10 días por unos hurtos. Esta vez logró fugarse enfrentando a un policía con un cuchillo. "Cada vez quedaba más peligroso. La droga lo estaba afectando mucho", dijo uno de los investigadores.

Una vecina de Barros Blancos expresó que el "Dengue" saludaba a todo el mundo y no molestaba. "Era un `rastrillo`. Se llevaba lo que podía. Pero no andaba armado", dijo Lucía Bidegain.

Desaparecía por dos o tres días. Su madre y su hermana Cintia lo salían a buscar por las calles. En una ocasión debieron caminar hasta Pando -unos cinco kilómetros- hasta encontrarlo. Lo llevaban a la casa y le daban de comer.

"Nosotros somos una familia unida. Lo tratamos de sacar pero la droga pudo más. Me duele tanto lo que dicen de él. Era una buena persona que se abandonó", dijo la madre del "Dengue" La droga, agregó, "no dejó ser feliz a mi hijo.

"En un momento pensé ir a Pando y preguntarle a la familia del que lo mató cómo se sentirían si el muerto fuera uno de ellos. ¿No piensan que mi hijo tenía una madre? ¿Por qué no me piden perdón por lo que hicieron?", indicó la madre.

Margarita Galó Godín dijo que tiene la conciencia tranquila. "En esta familia hicimos todo lo posible para sacarlo de la droga -dijo-. Ahora él descansa en paz y nos cuida".
Juez descartó legítima defensa

El juez de Pando Gonzalo Silva procesó con prisión a D.F. por homicidio simple y desestimó el alegato de su abogado de que se trató de un caso de legítima defensa.

Medio centenar de familiares y vecinos de D.F. se congregaron ayer frente al Juzgado por considerar que el joven matador actuó en defensa de su familia. La concentración obligó a la Jefatura canaria a disponer guardias de choque frente a la sede.

El magistrado se basó en que se trata de un homicidio simple porque está "probado" que el occiso falleció como consecuencia del disparo de arma de fuego a "cortísima distancia" que le efectuara el indagado. Agregó que no configura legítima defensa como lo planteó el abogado defensor, Alfredo Alberti, porque el fallecido "nunca entró a la propiedad familiar".

Señala en el auto de procesamiento: "Resulta claro que una actitud prudente de llamar a la Policía hubiera terminado con el episodio y que la actitud de armarse implicaba una solución por sí mismo del problema".

Silva señaló que D.F. "optó por castigar al desobediente `pastoso` como lo llama su hermano en la declaración, efectuándole un disparo al pecho para luego retirarse tranquilamente al domicilio, despertar al padre y contarle lo ocurrido". El País Digital. Eduardo Barreneche

1 comentario

municipalobservadora -

Basta ya de hacer justicia por manos propias. Que poco valor se le da a la vida humana, "porque me insultó, lo mato".Uno consumía pasta base y está muerto, el otro chico está preso, pero con que valores fue educado?