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EL CORRESPONSAL

¿Halloween en el cementerio de Pando?

PANDO (3301) El Halloween triste de Pando, le puso de título el periodista de canal 10 José Irazabal, a su relato de lo que pasa con algunos restos humanos que han sido exhumados y abandonados en el Cementerio de Pando.

"Detrás de una destartalada puerta de lata cerrada con un candado herrumbrado, se encuentran decenas de bolsas negras de nailon (de las grandes que se usan para tirar basura) llenas de huesos humanos, pedazos de esqueletos entreverados…nadie sabe a quiénes pertenecieron.

Los restos fueron hallados en una fosa común dentro del Cementerio de la ciudad de Pando, el 16 de enero del año 2006. Lo que en su momento causó revuelo y se llegó a vincular con la posible presencia de restos de detenidos desaparecidos, hoy es puro olvido y telarañas.

La Justicia llevó los huesos a un local municipal, donde tuvieron incluso una guardia policial. Sin embargo la causa judicial fue cerrada y la Intendencia mantiene los huesos por si a algún juez se le ocurre reabrir el expediente.-

Seguramente el año que viene, la espera terminará y los huesos serán convertidos en polvo…

En aquel momento la Intendencia de Canelones, sancionó a dos funcionarios con seis meses de suspensión sin goce de sueldo. La mejor hipótesis es que los cuerpos se encontraban en el osario del cementerio (donde van los restos que nadie reclama) y que por falta de espacio “alguien” dio la orden de tirarlos en una fosa común, eso sí, sin trámites ni papeles.

 La segunda puerta. Los cuerpos fantasma, que podrían ser entre 450 y 500, tienen sus “primos desconocidos” a unos 150 metros, dentro del propio cementerio y en otra oscura piecita llena de bolsas negras.

¿Quiénes son?, tampoco nadie lo sabe, son restos que aparecieron en tumbas cavadas en tierra, en el lugar destinado a los pobres, los que no tienen dónde caerse muertos.

Al abrir algunas de esas fosas para hacer reducciones, se han encontrado con uno o dos cadáveres más, enterrados abajo, algunos ni siquiera tenían cajón.

¿Qué se piensa hacer con ellos? Nada, la Intendencia denunció estos hechos a la Justicia y por ahora nadie movió un dedo…otro centenar de cuerpos condenados a ser polvo, sin ser identificados, fantasmas sin nombre.

Los mercenarios de huesos. Detrás de toda esta historia subyace una corrupción triste, la que llevó a que funcionarios del cementerio por unos pocos pesos aceptaran “meter” cuerpos de extraños en panteones familiares.

El director de Necrópolis de Canelones, nos cuenta que hace poco tiempo al abrir un nicho, una familia se encontró con los cuerpos de dos niños desconocidos.

En la mayoría de los panteones es imposible leer el nombre de los difuntos, el robo de las letras de bronce parece ser un negocio rentable, también desaparecieron (con destino a algún horno de fundición) dos grandes figuras de Jesucristo, arrancadas de cuajo de viejos panteones de “familias pudientes”.

También se ha constado el robo de cráneos, que en el mercado de los adoradores de Satán, pueden cotizar entre 1.500 y 2.000 pesos.

Hace poco encontraron un cráneo en una “macumba” frente a una iglesia y a un cadáver de pocas horas de sepultado le desprendieron  el rostro y se lo llevaron.

Para enfrentar la ola de robos y vandalismo la Intendencia planea colocar cámaras de video para controlar los movimientos dentro de los cementerios más cercanos a la zona metropolitana. Se planea además el ingreso de nuevos funcionarios.

 Morirse no es negocio. Un nicho en alguno de los 17 cementerios que tiene Canelones, cuesta entre 5.000 y 7.000 dólares, el metro cuadrado de una parcela puede costar 300 dólares.

Caminar entre los nichos y tumbas destrozadas, azotadas por esta especie de langostas del bronce y el mármol, genera una profunda tristeza mezclada con indignación, un espejo oscuro de los tiempos que estamos viviendo. A las personas sin nombre, sin historia, amontonadas en bolsas de basura (Q.E.P.D).

 

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