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EL CORRESPONSAL

La casa del andaluz

La casa del andaluz

Por Lourdes García (*) En “Camino Del Andaluz” del departamento de Canelones las primeras poblaciones estuvieron conformadas por vascos, canarios, asturianos y andaluces que traían consigo su historia personal, modalidades y hábitos dando así el acento particular a esta zona.

 

Su cercanía a la ciudad capital hizo que fuera un centro de abastecimiento y tránsito obligados. La memoria de los pobladores mas antiguos habla de la presencia de carretas tiradas por caballos que entonces solían dirigirse hacia la plaza de frutas en las cercanías del ferrocarril, los troperos llegados del interior del país hacían escala a orillas del arroyo Toledo y dejaban caer las horas en la pulpería del Andaluz.

 

Allí levantó Manuel de Bardes (conocido como el Andaluz) la casa de piedra existiendo en el lugar una cadena que impedía el pasaje gratuito y que se conocía como “Paso a la Cadena” es así que el Andaluz cobraba el correspondiente peaje en monedas de cobre debiendo pagar dos vintenes los carruajes y la mitad los caballos.

 

En 1930 el camino de tierra se transforma en lo que hoy conocemos como “Camino del Andaluz” la casa de piedra rememora la presencia de Manolo y un poema que en las noches alguien dice:

 

Mientras bebo, solo, a la luz de la luna un vaso de vino entre las flores

bebo sin amigo que me acompañe, levanto el vaso e invito a la luna con ella y con mi sombra seremos tres, pero la luna no acostumbra beber vino, y mi perezosa sombra solo sabe seguirme, festejemos con mi amiga luna y mi sombra esclava, mientras aún es primavera.

 

En las canciones que entono vibran rayos lunares, en la danza que ensayo mi sombra se aferra y deshace. Los tres juntos antes de beber reíamos, ahora, ebrios, cada cual va por su lado. Festejemos muchas horas todavía, en nuestro extraño festín inanimado para encontrarnos al fin en el río de las nubes.

 

(*) Anduve dando vueltas por mi mundo y de golpe me he despertado con un sueño, un sueño sin trampas, sin lazos y quiero compartirlo con todos.

 

Sueño que vengo de muy lejos, sueño que soy, que vengo del sueño, la poesía es una ventana para mí, la única ventana de mi casa por esa ventana entra todo lo que ilumina aquello que escribo.

 

Entra el viento, el viento entra y sale y a veces parece que se lo va a llevar todo: las paredes, las palabras escritas y a mi. El viento es un gigante burlón que lleva los sueños y los acuesta en lechos propicios es por eso que quiero nombrar algunas cosas en las que creo: creo en el sol, en el diluvio, en los insultos, en las lágrimas, en la libertad, en la locura, creo en la luz que hay en el misterio que no es para quedarnos en el amor que amamos y que no morimos para morir y sé que todos ustedes y yo tenemos sed, alegría, desasosiego y las palabras que suspiran todavía.

2 comentarios

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Sra: hace años que no se puede disfrutar ....lo único que va a ver desde la calle es ,pasto y ramas .la casa no se ve .sacarse una foto imposible .

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Esto es excelente porque a mí me encanta este tipo de arquitectura barroco, yo deseo ir ahípara disfrutar de esas incomparables piezas de arte.