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EL CORRESPONSAL

Nosotros, los nuevos Indignados

URUGUAY, CANELONES, Ciudad de la Costa (www.elcorresponsal.com.uy) Por Indignados de la Costa 2013. Por muchos es sabido que a fines de 2012 Indignados de la Costa/Parlamento Callejero sufre el alejamiento de varios vecinos. Y para quién le pueda interesar, la posición tomada entonces, está a disposición en un documento redactado en la fecha. (17/12/2012) http://indignados6.webnode.com.uy

Indignados de la Costa Parlamento Callejero no ha participado en todas las actividades de la Asamblea Nacional Permanente, con una presencia activa desde diciembre de 2012. Pero sí hemos estado presentes en todas las instancias en que desde la A.N.P. se convocó. En las asambleas, el coordinador, y por supuesto en la movilización. Sin más ni menos aportes que el que nos permite nuestras fuerzas.

No somos Indignados de la Costa de 2012. Somos los Indignados de la  Costa que arrancamos en 2013 después de la fractura, con la idea de ajustar las tareas a nuestra medida y sin perder el rumbo que elaboramos como vecinos.

Cuando fuimos capaces los vecinos aquí organizados de movilizar, y marcar una presencia con importantes repercusiones políticas, conformábamos un colectivo representativo, con masas de vecinos. Pensantes, actuantes y decididos a luchar.

Hoy somos un pequeño grupo de vecinos, que no queremos presentarnos con dimensiones que no tenemos, pero tampoco dejar desaparecer lo logrado por nuestra organización social, en término de propuestas, mientras tengamos vida. Desde luego, tampoco nos arrogamos una representatividad que no es tal. En este caso, la vida, nos la dan las ideas, la voluntad de seguir siendo parte de un pueblo que no quiere renunciar a la libertad, y el compromiso de divulgar todo lo que podamos saber, sobre el proyecto de saqueo y exclusión de nosotros, el pueblo.

Es por eso que nuestro mayor esfuerzo viene siendo no perder en el olvido lo que hemos hecho hasta ahora. Y aportando nuevas ideas para el debate en el marco de un rol informativo, que tratamos de garantizar a través de la radio (87.7 Ciudad de la Costa fm) y el blog (www.indignados6.webnode.com.uy), el vínculo con los vecinos, donde una de las alternativas es parlamentar entre vecinos, son el parlamento callejero.

Por eso la información, el debate y la polémica, la hemos orientado al seno de los vecinos protagonistas de nuestra sociedad, con sus organizaciones sociales, gremiales, sindicales. Y técnicos, profesionales, ediles y diputados. A sabiendas que vivimos en una sociedad dividida en clases.

Esa contradicción explotados/explotadores, que sigue siendo la base de nuestra sociedad.

Propiedad privada y salarios. Patrón y trabajador. Es decir: una sociedad de desiguales. Donde se nos impide gozar de lo producido. Y es aquí donde tenemos que estar claros del lugar donde el capitalismo nos ubicó como fuerza productiva y reproducción de mano de obra, cuanto más barata mejor para el capitalista.

‘’Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo’’. Albert Einstein.

Tendremos muchas ideas, muchas vías por donde llegar a construir una sociedad de hombres libres. Cada uno pensará que la suya es la infalible, y se juntará con quienes sean afines. Y polemizaremos hasta el hartazgo, nos enfrentaremos y nos plantearemos rupturas irreconciliables. Seremos intolerantes a cualquier pensamiento distinto. Y es así que seremos una y otra vez derrotados.

Si somos una clase concebida por el capital como mercancía, quienes somos conscientes de ese rol que se nos asignó, como tal tendríamos que actuar, y ser intolerantes con el sistema, pero tolerantes con nuestra propia clase, y nuestras tantas manifestaciones organizadas con que el pueblo cuenta. Propendiendo a consolidar el mayor grado de unidad posible.

 

En esta sociedad de desiguales, los que somos mercancía, mano de obra, consumidores ingenuos, tenemos la necesidad de saber, de entender que pasa. Si sabemos que pasa y dejamos de ser ingenuos, ignorantes y desinformados, entonces vamos a pelear, porque sabremos por qué.

 

Pero también queremos interpretar algunos vaivenes de las luchas populares. Por ejemplo, al decir de un vecino: " Pero siempre tenemos que estar empezando de cero?, este es un problema que arrastramos hace más de 20 años". Refiriéndose al tema que nos convocó, la contribución inmobiliaria expropiatoria.

Es cierto, al menos en El Pinar, donde nació Indignados de la Costa, en menos de dos décadas, conocimos cuatro organizaciones sociales que surgieron cuando la contribución repercutía con mayor dureza en el bolsillo de los contribuyentes. Casualmente, todas comenzaban de cero, y gran parte de los vecinos desconocían lo actuado antes por otros vecinos. Esto se repetía a lo largo y ancho de la costa de Canelones. Pero es un ejemplo que representa claramente la lucha reivindicativa en todo el país.

 

Dicho de otra manera: reivindicamos, pero las decisiones políticas se toman al margen de las organizaciones sociales, algo en las que éstas hace tiempo no se plantean participar.

 

Indignados quiso romper con esa división entre lucha reivindicativa y lucha política.

 

Entre otros, elevó un proyecto al legislativo comunal, donde defendió en comisión, la creación de un ámbito de debate del proyecto de los vecinos sobre política tributaria. Propuesta que fue levantada por un edil, proponiendo la creación de una subcomisión con nuestra integración. Obvio que para que prosperara, dependía de  nuestra movilización.

Pero entendemos que hay que abordar este tema como uno de los más importantes en el futuro de las luchas populares.

Si hay algo que el sistema no puede admitir, es que cualquier actividad social (gremial, sindical vecinal), tenga objetivos políticos.

Si hay algo que nos enterró en el pantano de la lucha reivindicativa, fue la división entre organización social y partidos políticos.

 

Y en gran medida Indignados de la Costa, también sufrió (como antes otras organizaciones sociales), esa división. La idea de que solo llegando al parlamento, los partidos populares podrían representar los intereses del pueblo en el ámbito legislativo.

 

Esta práctica, que venimos analizando desde hace muchos años atrás, deja la enseñanza de que ese poder supraparlamentario, de banqueros, terratenientes y multinacionales, cuenta con uno de sus instrumentos de dominación en el parlamento, y que por lo tanto no se puede tomar como el único ámbito donde enfrentar el poder de las clases dominantes.

 

No negamos el papel de los partidos políticos, y como lo decíamos en diciembre de 2012: los consideramos organizaciones sociales. Mucho menos negamos la organización política del pueblo y la clase trabajadora. Pero sí observamos que nuestra clase social, como tal, no está cerca de organizarse políticamente. Pero hacia ahí tendremos que caminar. Hacia afianzar un protagonismo de masas con un progresivo peso político. En este objetivo fundamentalmente ponemos la mira.

 

 

Y la política surge, nace y se desarrolla en lo social, resistiendo la explotación y creando, perfilando, moldeando un nuevo mundo, una nueva forma de vivir, una sociedad con libertad, con otras normas de convivencia y leyes.

Hay que revisar entonces la idea de que la política nace de cúpulas, líderes y partidos. Por el contrario, nace de la propia práctica social.

 

No queremos ser parte de los que entienden que la lucha de clases se da entre partidos.

 

Se da entre clases.

 

Tenemos que llegar a ser capaces de conformar un programa común del pueblo. Organizarnos tras reivindicaciones que nos sean comunes y conformar una estructura que pueda poner freno e ir cambiando la correlación de fuerzas, entre la fuerza de trabajo (el trabajador), y el capital (el patrón).

 

La ANP es un instrumento apropiado para dar pasos en ese sentido. Pero no es desde la rigidez de posiciones e ideas para confrontar  rompiendo, fracturando. Sino confrontar ideas para avanzar, y caminar juntos quienes tenemos diferencias, así sea en aquel nivel donde las posiciones coincidan. Nos sentimos parte de la A.N.P. más allá de cualquier convocatoria en particular, en el entendido que este instrumento de participación y lucha por la soberanía, la tierra y los bienes naturales, es el inicio de un proceso el cual deberá alcanzar su punto más elevado, con la expulsión de quienes quieren saquearnos y la aplicación de un proyecto productivo y distributivo propio del pueblo uruguayo. En tal sentido lo concebimos como una tarea del pueblo uruguayo y no de algún grupo, organización o partido.

 

No descartamos que algunas de nuestras ausencias puedan tener que ver con la desvinculación, falta de acercamiento o de contacto, entre quienes tratamos de confluir en la A.N.P., a causa de otorgar ciertas dimensiones a las diferencias que no nos permiten ver las coincidencias.

Pero como tantas otras organizaciones sociales, y tanto ciudadano suelto que se sienten en la necesidad de enfrentar las políticas de saqueo y contaminación, no abandonaremos nuestro pequeño espacio de lucha. Trataremos siempre de hacerlo incluyendo y no excluyendo, así no coincidamos de cabo a rabo, conscientes de que con un solo puño y claramente determinado  el objetivo, pegaremos mejor.

 

El embate de las multinacionales contra los recursos nacionales (y que son ya de la humanidad), nos coloca en una situación las alternativas, son de un "Parlamento Callejero". Para que el país que queremos lo defina el pueblo.

 

Hay que articular estrategias con el conjunto de las organizaciones sociales populares. Pero hay por sobre todas las cosas, que levantar un programa del pueblo. Alternativo al saqueo de las multinacionales, al despilfarro consumista del mundo capitalista.

 

Nos ponemos en la vereda de enfrente del sistema y del gobierno. Pero no vemos la transición a un sistema social que nos incluya a todos. Cuyo punto de partida es la organización del pueblo, social y política. Luchando reivindicando e impulsando sus propias leyes que nos devuelvan los derechos que por naturaleza tenemos todos los hombres, y por decreto del más fuerte se nos impide gozar. En definitiva, un proyecto que contenga acciones propositivas, creativas, que superen los acuerdos (que tenemos y coincidimos) de los NO Y LOS CONTRA. A FAVOR DE.

 

Creemos que hay debates, discusiones y prácticas al seno de la A.N.P., que no conducen más que a entorpecer el camino de la unidad del pueblo. Cuando en realidad habría que mirar hacia esos grandes movimientos sociales como el M 15, yo soy 132, ocupa wall street, etc., ahora que somos un movimiento de masas casi incipiente. Para no cometer el error de convertirnos en un movimiento vacío de ideas, de propuestas, y sin perspectivas de futuro. Futuro de construir esa sociedad de iguales, socialista, de un hombre nuevo.

 

Tendríamos que estar hoy elaborando un programa con todo lo aportado por la rica experiencia de lucha del pueblo al que pertenecemos, de su historia y de los que hoy no renuncian a la libertad.

Pero nuestras fuerzas no nos dan para impulsar tal cambio de táctica en el marco de seguir con la misma estrategia, y no son más que el reflejo de las fuerzas que ha alcanzado nuestro pueblo.

Habrá que esperar ese salto cualitativo y cuantitativo de las organizaciones sociales populares que nos ponga en el camino de la unidad por sobre otros intereses que no representan al colectivo.

 

Esto no quiere decir de ninguna manera que renunciemos a dar pelea, estamos reafirmando que ese salto cualitativo se tiene que expresar en una alternativa política del pueblo, capaz de condicionar al gobierno del pelo que sea a resolver las necesidades del pueblo trabajador a partir de la aplicación de leyes nacidas, discutidas y propuestas desde el mismo seno de las organizaciones sociales populares. Dicho de otra manera: hay que empezar a saber gobernar desde abajo.

 

Mientras tanto denunciaremos la megaminería, y pensaremos en una explotación minera racional. Pensamos que tendríamos que exigir como A.N.P. antes que nada, toda la información del proyecto aratirí y todas las inversiones extranjeras.

Que éstas estén en conocimiento de todo el pueblo a través de un organismo  donde estemos integrados.

 

Denunciaremos los monocultivos, y pensaremos en la diversidad agraria.

 

Nos opondremos al exceso de fertilizantes sintéticos, y al uso  de pesticidas y herbicidas que nos contaminan y nos matan, y pensaremos en la producción orgánica, y en el laboreo manual y mecánico.

 

Nos opondremos al uso del suelo para plantar granos para biocombustibles, estando de acuerdo que se pueda utilizar deshechos de aceites y caña de azúcar para producirlos, y pensaremos en esas tierras para producir alimentos.

 

Nos opondremos a la explotación de hidrocarburos no convencionales que contaminan he inutilizan nuestras tierras productivas de alimentos, y pensaremos en fuentes de energías alternativas que estemos en condiciones de producir. Pensaremos en el ferrocarril y en el transporte eléctrico como forma de ahorro. Pensaremos en el Estado y en las Intendencias para que los administren.

Combatiremos a la Monsanto (Mondiablo), y sus análogas, a sus semillas transgénicas y a sus paquetes tecnológicos de la muerte, y pensaremos en el Instituto Nacional de Semillas (INASE), en los bancos de semillas de los productores, practica ancestral, que desde que el hombre incursionó en la agricultura nos viene alimentando sin matarnos. Pesaremos en los alimentos como derecho del hombre y no como negocio de las empresas. Pensaremos en un abasto popular. Pensaremos en la reforma agraria.


Y pensaremos en las Juntas Locales Autónomas Electivas, o en la forma que podamos desde gobiernos locales autónomos integrados y electos por vecinos, dar forma a nuestro propio proyecto político. Discutir, definir y luchar nuestro propio proyecto de salud, de educación, de vivienda, de alimentación.

En fin, construir el país en el que queremos vivir, sin que el capital nos ubique en el lugar en donde somos su fuerza de acumulación.

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