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URUGUAY (www.elcorresponsal.com.uy) Presos con Dios: La religión dentro de las cárceles. Las religiones están cada vez más presentes en las prisiones uruguayas; intentan acompañar a los reclusos para que salgan de la soledad y el encierro, y para que recuperen la esperanza perdida.

Además de acercarles la palabra de Dios, el objetivo de quienes difunden estas religiones es que cambien sus vidas y no vuelvan a delinquir. El centro religioso que funciona en el Comcar costó US$ 70.000 y fue construido por presos voluntarios.

El silencio de parte de los asistentes era absoluto. Perla, la encargada de guiar la actividad, hablaba con un tono calmo y algunos sacaban apuntes en sus cuadernos. La atmósfera generada era de mucha tranquilidad. "¿Qué es la Biblia?", preguntó Perla y varios lanzaron sus respuestas. "Un libro", dijo uno. "Un manual de vida", arriesgó otro. "Lo que piensa Dios", resumió un tercero.

La descripción podría ser la de una clase de catequesis de un grupo de niños obedientes, pero en realidad la escena ocurrió con presos del Comcar (Santiago Vázquez) el miércoles 13 de agosto, en un curso sobre valores dictado por la Iglesia Evangélica Armenia.

Esa cárcel cuenta con un centro interreligioso utilizado por diferentes dogmas para acercar la palabra de Dios a los reclusos e intentar devolverles la esperanza perdida. Es que entre la soledad y el encierro que genera la cárcel, la actividad religiosa asoma como un poderoso instrumento para ayudar a que personas procesadas por cometer delitos graves miren al futuro e intenten imaginar una vida sin delinquir.

    "... entre la soledad y el encierro que genera la cárcel, la actividad religiosa asoma como un poderoso instrumento para ayudar a que personas procesadas por cometer delitos graves miren al futuro e intenten imaginar una vida sin delinquir.”

El comisionado parlamentario para el sistema penitenciario, Álvaro Garcé, dijo a El Observador que la actividad religiosa es un factor de rehabilitación "muy importante". Aseguró que entre quienes practican la religión en forma constante se observa una mejora en su conducta y un cambio de postura respecto a lo que esperan una vez que obtengan la libertad.

Cualquier actividad que colabore en el complejo proceso de rehabilitación de los delincuentes es bienvenida en un sistema que tiene actualmente unos 10.000 presos, 60% de los cuales son reincidentes, según cifras aportadas por Garcé.

La práctica religiosa en centros penitenciarios acaba de recibir un fuerte empujón: el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y las instituciones religiosas llegaron a un acuerdo para regular la actividad mediante un protocolo que establece reglas para todos los involucrados. El gobierno busca incrementar el contacto de los presos con el exterior y por eso las cárceles abren sus puertas para que lleguen voces con consejos de buenas prácticas.

    "Muchas veces corrimos para donde se nos antojó. No nos importó si dañábamos a alguien o si el otro tenía familia. Y tal vez Dios tuvo que traer a muchos a la cárcel para tener un encuentro con él. Capaz que si seguías en la calle, seguías en la tuya y capaz que venir acá, que no es lindo y nadie lo desea, puede transformarse en el lugar donde tener un encuentro con Dios".
    Perla, integrante de la Iglesia Evangélica Armenia, dirigiéndose a 41 presos que la escuchaban en la cárcel de Santiago Vázquez

El momento de la verdad

En total son 50 los anotados en el curso que se imparte todos los miércoles. Algunos de los que faltaron ese día no quisieron ir porque se levantaron mal, pero a otros no los dejaron por mala conducta. Una funcionaria del INR reconoció que otros dos no fueron porque ella se olvidó de pasar a buscarlos por sus módulos.

Perla dejó un mensaje a los presos: "No vivan conforme a los deseos que tenían antes de conocer a Dios. ¿Los deseos de vivir como antes se nos van a ir? No, porque forma parte de la personalidad de cada uno. ¿Cómo se hace cuando me viene el deseo de pecar, aquellas cosas que me gustaban y que ahora como hijo de Dios no puedo hacer?", preguntó y lanzó una respuesta: "No acercarme a aquello que me provoca ganas de hacer lo que no tengo que hacer". Los presos tienen claro que la hora de la verdad será cuando salgan. Sólo en ese momento sabrán si de verdad van a logran una nueva vida o si vuelven a convertirse en delincuentes adictos a las drogas.

Para finalizar la actividad, Perla le pidió a un hombre que hiciera una oración. Se trata de Juan Carlos Marizcurrena, un abogado y escribano que estuvo preso en el Comcar por el secuestro de Valentina Simon en el año 2003 y que hoy está libre. Los presos se abrazaron, escucharon las palabras de Marizcurrena y luego todos aplaudieron. Después compartieron café, torta y alfajores.

Una vez afuera del centro interreligioso, el abogado saludaba a todos los presos. "Dios tiene un trabajo para vos", le dijo a uno y lo abrazó. Luego, aceptó tener un breve diálogo con El Observador. Señaló con el dedo las ventanas de una celda del módulo uno, donde estuvo recluido entre enero de 2004 y diciembre de 2008. Contó que el día que ingresó al Comcar encontró una Biblia vieja y empezó a leerla."

    "Yo estoy viniendo a la cárcel a traer el mensaje de salvación de Jesucristo, visitando los módulos con un mensaje que cambia vidas, como cambió la mía. Un día decidí pedirle a Jesús que si él era real que viniera y me ayudara. De muchas maneras él me mostró que es real"
    Abogado Juan Carlos Marizcurrena, procesado en 2003 por el secuestro de Valentina Simón y ahora libre. Actualmente divulga los principios de la Iglesia Evangélica Armenia en las cárceles.

La mañana era fría pero soleada. Afuera del centro religioso, los reclusos conversaban antes de volver a sus módulos. En frente, en la cancha de fútbol, otros jugaban un partido. Todo estaba muy calmo. Pero claro, era el sector con los presos menos peligrosos. "Donde está salado es allá abajo", dijo un preso señalando celdas lejanas de donde se veía ropa secándose al sol y varias antenas. Allí están los más violentos, quienes están sometidos a más horas de encierro. Las diferentes instituciones se turnan para utilizar el centro interreligioso.

De tarde, le tocaba a la Iglesia Católica. Ese día, como todos los segundos miércoles de mes, tenían misa. Quienes quisieran, tendrían la posibilidad de comulgar y confesarse con el sacerdote. Otros días proyectan películas religiosas o recorren los módulos para charlar con los reclusos. El centro interreligioso tiene un cañón para proyectar imágenes, parlantes, una laptop y un teclado.

¿Qué religiones pueden entrar a las cárceles?

La iniciativa de regular la actividad religiosa en las cárceles fue de las propias instituciones. Encontraron buena disposición de las autoridades carcelarias y el resultado fue la elaboración de un protocolo aprobado por el INR en octubre de 2013 y que fue presentado públicamente en mayo de este año. En total, son doce las instituciones que forman parte del documento.

El protocolo busca dejar de lado las arbitrariedades a las que las religiones se veían expuestas a la hora de desarrollar su actividad. Javier Galdona, sacerdote de la Iglesia Católica y coordinador de la pastoral católica en las cárceles en Montevideo, explicó a El Observador que el ingreso de los religiosos dependía del director de cada establecimiento, del responsable de cada módulo o incluso del llavero de turno. "Buscamos que lo religioso pudiese tener otra forma de tratamiento porque hasta entonces lo que había era una arbitrariedad total".

Las autoridades del INR reconocen que esto era así. Gustavo Belarra, sudirector técnico del INR, dijo que saben que en los últimos años se ha reportado un "sinnúmero de dificultades" para permitir el ingreso a los religiosos. "La lógica de un paradigma de disciplinamiento impone cierto grado de dificultad a la hora de abrir", sostuvo e informó que el objetivo trazado es "normalizar la cárcel" y hacerla lo más parecida al afuera posible.

Otro aspecto clave del protocolo es que las autoridades carcelarias puedan saber quienes son los referentes religiosos que ingresan a las cárceles y qué actividades desarrollan. La exigencia es que las organizaciones tengan personería jurídica y que estén identificados quienes concurren. Garcé dijo que dada la situación de vulnerabilidad en la que están los presos, "hay que ser cuidadoso en qué condiciones y con qué objetivos se realiza un trabajo".

El centro religioso que funciona en el Comcar fue construido con financiación de la Iglesia Católica y la Iglesia Anglicana, según informó Galdona. Costó unos US$ 70.000 y se hizo con presos como voluntarios. En el Penal de Libertad están acondicionando un lugar con ese destino, mientras que en Canelones hay un proyecto para construir uno. Garcé dijo que en el resto de las cárceles se practica la religión sin un espacio concreto, aunque considera que sería bueno proyectarlos en los principales establecimientos como Maldonado, Rivera y la cárcel de mujeres.

Al igual que sucede en la sociedad, los presos que practican religión en forma constante representan una minoría, aunque nadie tiene datos concretos de cuántos son. De todos modos, Garcé advirtió que esa actividad está creciendo.

El 17 de octubre hay una gran jornada religiosa prevista en la que varias congregaciones que realizan actividad religiosa concurrirán al Comcar a bautizar a todos aquellos que estén interesados. La actividad será en la cancha de fútbol con voluntarios que llegarán de afuera buscando convencer a los presos de que Dios les dará la oportunidad de vivir sin delinquir. Aprovecharla o volver pronto a la cárcel dependerá de ellos.

    Javier Galdona, sacerdote de la Iglesia Católica y coordinador de la pastoral católica en las cárceles en Montevideo

    "Más de un director me ha dicho: 'Yo no creo pero me parece bueno que vengan porque nos ayudan a que la violencia disminuya'".
    Gustavo Belarra, subdirector técnico del INR

    "La participación de la fe en las cárceles impacta de manera positiva en la convivencia y también seguramente en esa persona que mañana va a recibir la libertad porque mejorar su convivencia social".
    Álvaro Garcé, comisionado parlamentario para el sistema penitenciario

    "He visto personas que eran consideradas muy peligrosas y hoy están participando en trabajos religiosos y pasaron a estar recluidos en unidades de mínima seguridad".
    Javier Galdona, sacerdote de la Iglesia Católica y coordinador de la pastoral católica en las cárceles en Montevideo

    "Más de un director me ha dicho: 'Yo no creo pero me parece bueno que vengan porque nos ayudan a que la violencia disminuya'".
    Gustavo Belarra, subdirector técnico del INR

    "La participación de la fe en las cárceles impacta de manera positiva en la convivencia y también seguramente en esa persona que mañana va a recibir la libertad porque mejorar su convivencia social". (en base a lo publicado por El Observador | 2014 | Créditos | Reportaje: Sebastián Panzl | Fotografía: Nicolás Garrido | Video: Juan marra | Diseño y desarrollo web: Adrián Sosa)

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