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EL CORRESPONSAL

Raúl Castro no piensa dejar el poder

Raúl Castro no piensa dejar el poder
URUGUAY, CANELONES (www.elcorresponsal.com.uy) El director de Falta y Resto, músico, letrista y publicista de profesión, publicó su primer disco en solitario titulado Tinta Brava. Grabado con su voz áspera y la guitarra de Julio Cobelli, le canta a lugares comunes dentro del cancionero uruguayo, como el Carnaval, el Estadio Centenario y el candombe.


Escribió letras de dominio popular que pasaron a la historia con música de Jaime Roos: Cuando juega Uruguay, Que el letrista no se olvide, La hermana de la coneja, De la canilla, Las luces del estadio y El grito del canilla entran en ese rango.

Para Raúl Castro debutar como solista con cuarenta años de trayectoria en el Carnaval sobre sus hombros es trasladar parte de su intimidad al escenario. Con Falta y Resto recorrió más de sesenta ciudades europeas y asegura que en Argentina la juega de locatario. "Una de mis metas más importantes como ser humano es lograr que la murga uruguaya se disperse por el mundo y quede como una huella de identidad cultural", dijo en diálogo con El País desde Villa Argentina, en el departamento de Canelones, donde reside.

Sin embargo el repertorio que deberá defender en vivo sólo tiene una canción que refiere al género y da lugar a vidalas, tangos, chamarritas, gatos, milongas y boleros, grabados con austeridad y con la inocencia de un debut sin muchas pretensiones.

"A mí me gusta experimentar y Falta y Resto, por ejemplo, tiene como característica permanente el cambio. Lo único que ha mantenido es la esencia de su discurso", reflexiona de cara a la playa que sirvió de marco para la carátula de Tinta Brava, título que está emparentado a su amor por la poesía. Hace poco más de una década debutó como actor de reparto en la película Estrella del sur y no descarta volver a la gran pantalla pero con rol protagónico y guión propio. Anarquía es el texto que guarda celosamente porque es muy cinematográfico. "Mi hija se dedica al cine, así que posiblemente me embarque pronto en ese rodaje", agrega.

- ¿Siempre quiso ser solista?

- Nunca me lo había planteado concretamente, pero con el paso de los años vi que tengo muchas cosas para decir desde lo individual más allá de lo grupal que fue siempre lo mío, o de escribir para otros. Sentí la necesidad de decir yo mismo mis propias canciones y de ejecutar de otra manera el arte de escribir. Al principio iban a ser versiones de temas conocidos que tienen letras mías pero después de componer un vals con música y letra brotó todo el repertorio en poco más de un año.

-¿Qué importancia tuvieron las célebres coautorías que hizo con Jaime Roos en esta decisión?

-Me marcó mucho haber vivido desde adentro la llamada Generación del `73 con Jorge Lazaroff, Jaime Roos, Pájaro Canzani y Jorge Bonaldi. Las coautorías con Jaime fueron determinantes en mi vida, tuve la suerte de trabajar con quien yo creo es el músico popular más importante de los últimos treinta años. También lo hice con Lazaroff, que si bien nunca tuvo tanta exposición, desde lo profundo está en el mismo nivel, ambos son maestros para mí. No puedo decir qué habría pasado si nos los hubiera conocido.

-¿Por qué escogió un formato austero para el disco, solo con guitarra y voz?

-Al principio pensé en rodearme de una banda con grandes músicos porque tengo la suerte de haber cosechado muchos amigos en estos cuarenta años de carrera y la mayoría pasaron por Falta y Resto, pero lo mejor era abordar el proyecto desde un lugar que tuviera relación con los géneros que escogí. Todas las canciones tienen aires regionales: hay tango, folclore, plena, murga, candombe y chamarrita. Elegí lo que yo llamo `formato Gardel` o `formato Zitarrosa` con las guitarras criollas a cargo del maestro Julio Cobelli. Le hice caso a mi hija Soledad. Ella me recomendó que el disco recogiera mi canto después del asado al mediodía cuando agarro la guitarra y canto para mi familia, grabé con ese espíritu. La guitarra de Cobelli fue como subirse a una alfombra mágica y con los años, mi voz adquirió un tono bastante Joe Cocker, (se ríe).

-¿Se siente cómodo como intérprete?

-Estoy muy feliz y a veces me pongo nervioso. La presentación del disco en público será en agosto en el Teatro Circular y ahí será mi debut como cantor solista, pero ya tuve la suerte de ir a `la universidad de La Falta` que me permitió aprender empíricamente de teatro, canto y movimiento escénico. Fui solista en la murga en varias canciones y por ese lado vengo bien rumbeado. ¿Cómo me sienta el medio del escenario? Y bueno, vamos a ver qué le parece a la gente, yo creo que va a gustar.

-¿Por qué le canta a Montevideo, el Estadio Centenario y el Carnaval? ¿No es algo reiterado?

-Porque soy así, un hombre aferrado a sus querencias y sus afectos. Como decía Troilo: ¡qué me voy a ir si siempre estoy volviendo! Vivo en un lugar cerca de Atlántida, a cincuenta metros del Águila de Villa Argentina, un sitio inspirador que me permite tener contacto con la naturaleza. Sentí que tenía que dirigirme al interior del país porque muchas veces el canto ciudadano de la murga, el tango y el rock no tienen como meta a la gente del interior. El mío es un disco para los paisanos, (se ríe). Al estadio le rindo homenaje porque me crié en sus alrededores y en sus tribunas, éramos pibes y entrábamos colados a ver a Nacional y Peñarol. Entrábamos saltando de un lado al otro, íbamos a los túneles y hasta a los vestuarios, fue mi lugar de crianza. Soy del Parque Batlle y a mis hijos los hice muy futboleros. Pero también hay canciones de amor como Natalia, que se la dediqué a mi mujer, la madre de mi último hijo Antonio y Amores imposibles, un bolero, porque me gustaban mucho Los Panchos.

-Está viviendo muy cerca de donde moraba El Sabalero. ¿Lo extraña? ¿Por eso le dedicó El cantor de las villas?

-Vivo una manzana más hacia la playa de donde vivía José. Tuve la suerte de disfrutarlo en sus últimos años, éramos vecinos. Nosotros íbamos a arrancar carqueja el último viernes de cada turismo para el mate a la escalera del Águila.

-Otros artistas que publicaron sus álbumes en solitario, como Pitufo Lombardo y Tabaré Cardozo, dejaron de salir en Carnaval. ¿Está pensando tomarse vacaciones de Falta y Resto?

-Falta y Resto no es una murga, es un momento político, nació como un proyecto artístico y aunque nunca dejó de serlo se convirtió en una herramienta política de toda mi familia porque también escriben mis hijos. Sin tener una bandera solamente decimos lo que pensamos todos los años. Y yo no quiero perder eso, quiero seguir dejando mi opinión en la gente y mi compromiso. No pienso dejar La Falta.

-¿Cómo asume la ausencia de primeros premios para Falta y Resto en el concurso oficial en los últimos 25 años?

-Lo asumo con realismo y con orgullo por la certeza de que esta murga nunca se calló aunque fuera relegada. Es un orgullo muy grande tener solamente dos primeros premios (ganados en el `88 y el `89) y ninguno con gobiernos de izquierda porque nadie puede decir nada de La Falta. Nuestras críticas fueron fuertes y es claro que el gobierno municipal determina los jurados.

Austero y con la guitarra de Julio Cobelli

La coautoría más reciente de Raúl Castro fue con Francis Andreu. Juntos hicieron un tango que se llama Encarala. Tiene facilidad para el trabajo en equipo y muestra de eso es el éxito de Falta de Resto como colectivo artístico.

Sin embargo en Tinta Brava ejerció al máximo su capacidad de aislación. Es como si en esos doce surcos girara en una órbita desconocida.

Tinta Brava abre con Gato Oriental, una oda al interior profundo del país y sigue con El cantor de las villas, el homenaje a quien fue su gran amigo, José Carbajal, El Sabalero. En Dejá de quejarte libera un lenguaje de barrio sin filtro a ritmo de tango. Hay un Candombe a Montevideo, una milonga para el Estadio Centenario, un bolero titulado Amores imposibles y una plena denominada Apóstol de las orillas.

El repertorio se completa con la zamba La voz del poeta,Vidalita desaparecida, Natalia, Gracias Carnaval y una interpretación en portugués, A os pássaros. La constante de Tinta Brava es la combinación de su pluma y su voz con la guitarra de Julio Cobelli.

Es un debut austero, un disco para los amigos, la familia y los seguidores de Falta y Resto. Pero es sobre todo una puerta abierta para el letrista más memorioso.



Escribió letras de dominio popular que pasaron a la historia con música de Jaime Roos: Cuando juega Uruguay, Que el letrista no se olvide, La hermana de la coneja, De la canilla, Las luces del estadio y El grito del canilla entran en ese rango.

Para Raúl Castro debutar como solista con cuarenta años de trayectoria en el Carnaval sobre sus hombros es trasladar parte de su intimidad al escenario. Con Falta y Resto recorrió más de sesenta ciudades europeas y asegura que en Argentina la juega de locatario. "Una de mis metas más importantes como ser humano es lograr que la murga uruguaya se disperse por el mundo y quede como una huella de identidad cultural", dijo en diálogo con El País desde Villa Argentina, en el departamento de Canelones, donde reside.

Sin embargo el repertorio que deberá defender en vivo solo tiene una canción que refiere al género y da lugar a vidalas, tangos, chamarritas, gatos, milongas y boleros, grabados con austeridad y con la inocencia de un debut sin muchas pretensiones.

"A mí me gusta experimentar y Falta y Resto, por ejemplo, tiene como característica permanente el cambio. Lo único que ha mantenido es la esencia de su discurso", reflexiona de cara a la playa que sirvió de marco para la carátula de Tinta Brava, título que está emparentado a su amor por la poesía. Hace poco más de una década debutó como actor de reparto en la película Estrella del sur y no descarta volver a la gran pantalla pero con papel protagónico y guión propio. Anarquía es el texto que guarda celosamente porque es muy cinematográfico. "Mi hija se dedica al cine, así que posiblemente me embarque pronto en ese rodaje", agrega.
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  • 11/04/2014
  • Página 9
  • ALEJANDRA VOLPI

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