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EL CORRESPONSAL

Estrenan el documental acerca de la cárcel masculina canaria

URUGUAY, CANELONES, (www.elcorresponsal.com.uy) En la Sala Lumière de la ciudad de Canelones estrenaran un documental acerca de como es, por dentro, la carcel masculina de Canelones. (ver mas videos)

Será en el mes de agosto, el estreno nacional del documental “Desde adentro”, realizado por Vasco Elola y producido por Mario Jacob en la cárcel de Canelones.

Oportunidad dónde tanto el director como el productor del documental, visitaran la sala canaria para compartir experiencia con el público, con entrada libre. Será el jueves 8 y viernes 9 de agosto, 19.30 horas - Sala Lumière, Batlle y Ordóñez esq. Tomás Berreta, Canelones.

Estreno nacional previsto para el jueves 8 de agosto de 2013. El documental acerca de la cárcel masculina de la ciudad de Canelones.

La carcel masculina es una de las cárceles más superpobladas del Uruguay, entre los reclusos estan Catuca y Medina. Dos reclusos que pelean por un futuro mejor liderando un programa de rehabilitación voluntaria.

A lo largo de tres años el documental registra "desde adentro" las vicisitudes del programa y de sus protagonistas. Fue premiada como mejor producción documental en diciembre pasado, en la sexta edición del Festival Atlantidoc.

Filmar una cárcel durante tres años es como estar metido en una especie de cúpula de vidrio. Es un pueblo de 800 personas donde pasa absolutamente de todo", explica Vasco Elola desde su escritorio mientras su esposa y socia, Andrea Villaverde, aprueba con un gesto de la cabeza.

El encuentro es en la productora publicitaria que dirige Elola, las paredes de la oficina están cubiertas de muñecos de superhéroes; la frivolidad de ese negocio y la fantasía de los cómics forman un contexto muy distante del que se habla en ese espacio donde el ánimo se siente contrariado. Hace casi ocho años que esta pareja se relaciona con la vida en la Cárcel de Canelones: un año y medio de investigación, tres de rodaje (2006-2009), otros tres de montaje. Llegó el momento de presentar el documental Desde adentro y el entusiasmo se mezcla con las ganas de salirse de esa realidad desesperante. Del mundo que conocieron haciendo su película, hablan en esta nota.

-El punto más valioso del documental es que se filmó durante tres años en la cárcel, siguiendo el proceso de cerca, ¿fue el plan desde el inicio?

-Andrea Villaverde : La cosa empezó un año y medio antes de que empezáramos a rodar. Cuando asumió Tabaré Vázquez declaró el "estado de emergencia carcelaria" y se puso en marcha un proyecto de ley que se terminó de aprobar a mediados de 2005 según el cual se descontaba a los presos un día de pena por cada dos de trabajo. Los presos de la Cárcel de Canelones ya estaban trabajando desde antes, por iniciativa propia, en lo que llamaron Proyecto de Rehabilitación Voluntaria; ya habían armado condiciones de trabajo que el director de la cárcel (Oscar Del Puerto) había habilitado y ellos invitaron a la prensa para explicarlo. En ese momento yo trabajaba en El Espectador, en 2003 había tenido contacto con algunos de ellos porque ocurrió un motín, y en 2005 me llamaron, fui e hice un informe sobre este proyecto que les gustó mucho, lo escucharon en toda la cárcel, y ahí le propuse al Vasco filmar ese proceso.

-Y se presentaron al FONA.

-Vasco Elola: Primero nos presentamos al Doctv y no haberlo ganado fue una bendición rara, porque nos hubieran dado el doble de dinero que el FONA pero teníamos que filmar en tres meses y eso a mí me inquietaba porque por muchas razones me parecía que la práctica de dejar pasar el tiempo era esencial, empezando por nosotros mismos, para no dejarnos influir por algo que era inmediato, que en ese momento parecía ser maravilloso. Y no es que quisiéramos que no lo fuera, pero sí queríamos saber en qué iba a terminar. Ahí ganamos el FONA e incluso nos excedimos del plazo establecido.

-¿Cómo determinaron el fin del rodaje?

-VE: Dejamos de filmar cuando uno de los dos protagonistas quedó en libertad, la historia que habíamos encontrado ahí adentro tenía un gran punto final ese día.

-AV: Al principio fuimos a buscar a todos los involucrados con ese proyecto, los protagonistas de Desde adentro son los principales dirigente, digamos. Pero el proyecto fue mutando, pasó a un segundo plano y la historia personal de cada uno fue cobrando importancia, no porque nosotros lo buscáramos así sino porque se fue dando.

-¿Hubo otras vertientes que registraron y luego descartaron en el montaje?

-AV: En tres años de rodaje filmamos más de 60 horas, la película dura 87 minutos...Decidimos ir por la historia de los dos personajes principales, el vínculo entre ellos, pero había muchos caminos...

-VE: Son 800 personas que viven, trabajan, comen, se pelean ahí, hay decenas de emergentes, están los absolutamente inevitables y los absolutamente previsibles. Por ejemplo en un momento hubo una muerte, lo que no es raro de por sí pero esta fue muy fuerte porque era un gurís que estaba de pasta y tuvo una discusión con otro y lo pinchó en un plan pelea. Pero lo pinchó justo en el corazón y mató a su amigo. Ese fue un momento pesadísimo.

-AV: Tenían 18, 19 años y estaban en un proceso de rehabilitación por consumo de drogas, estaban trabajando en unos grupos terapéuticos por iniciativa de un psicólogo que empezó a ir a la cárcel, pero como la Junta Nacional de Drogas no tenía determinado nivel de resultados lo cerró, y esos chiquilines quedaron huérfanos. No es que el motivo de la muerte haya sido ese, pero todo ese trabajo se cortó desde una oficina del Edificio Libertad...hubiéramos podido ir por ahí y teníamos otra película. Nosotros vivimos toda esa situación pero decidimos no incluirla en la película.

-VE: Para darte una idea del nivel de frentes que había que cerrar, no abrir...

-En un momento en que hay tanta tensión social por la delincuencia esta película propone una mirada muy distinta, incluso se genera empatía con los protagonistas, ¿les preocupa las críticas que pueda recibir?

-VE: Yo no voy a discutir el sufrimiento de la víctima de cualquier delito, ese no es el debate, el debate es pensar una vez que esos delincuentes llegan ahí qué sucede, ¿los escondemos? En ningún momento se identifica los delitos que cometieron, si sabemos qué hicieron es porque ellos lo comentan pero si poníamos etiquetas de delitos era empezar a hacer una identificación extraña que es válida fuera de la cárcel. Ahí adentro ellos se organizan de otra manera y tienen otro nivel de códigos que los jerarquiza. La idea en general es que vos estás frente a estas personas que están muy vulnerables esperando ver qué es lo que ellos pueden obtener frente al esfuerzo que están haciendo. La sociedad está pensando en construir más cárceles y alargar las penas como si uno le pusiera una tapa y eso quedara ahí; y eso no queda ahí porque queda ahí para los que tienen cadena perpetua o pena de muerte y eso acá no existe. Los que están ahí algún día van a salir, entonces aunque sea desde un punto de vista egoísta vos podés pensar que te sirve darles otra oportunidad, que se rehabiliten.

-AV: Catuca lo dice en un momento, cuánto más odio acumulan adentro peor es cuando salen. Conviene que salgan lo mejor posible.

-VE: Esto no es una ficción, no se puso textos en sus bocas; si ellos se ven como humanos será porque lo son. No buscamos retratarlos así, y si vos analizás bien notás que en un momento cada uno de estos personajes se pisa el palito, se contradice. En el momento en vos empezás a humanizar a estos personajes empiezan a mostrarse reservas, y por más carismáticos que sean, por más brillantes que parezcan en algunos casos, por más queribles, siempre tenemos que estar alertas de no comprar el paquete.

-AV: Yo creo que los tres años de rodaje, y el año y medio que yo fui yendo sola a la cárcel para hacer la investigación, nos dio esa ventaja. Al principio todos te pedían cámara todo el tiempo, y entraba la cámara y te decían lo que suponían que vos querías escuchar. Con el tiempo tuvimos la confianza como para enfrentarlos y debatirlos, preguntarles por las contradicciones, sus acciones.

-Ese cuidado de no dejarse engañar, ¿cómo repercutió en los rodajes? ¿Cómo llegaban a esas instancias?

-AV: Hubo un tiempo en que íbamos cada dos semanas, luego teníamos fechas agendadas como cuando iba la maestra, o los ediles, o cuando el vicepresidente de ese momento (Nin Novoa) los visitó, luego íbamos a ver con qué nos encontrábamos.

-VE: El viaje de ida era de una hora y en cada viaje íbamos refrescando todo, haciendo especulaciones sobre lo que no teníamos claro, qué hablar con quién, pero en el momento en que llegás te cambia todo: uno no quiere hablar, al otro lo cambiaron de módulo...

-AV: Nosotros pusimos algunas pautas, como pedir autorización firmada a cada uno que filmábamos, y dejar en claro que yo no iba a ingresar a los lugares de residencia, pero nunca conseguimos el permiso escrito del Jefe de Policía, que es la autoridad de la cárcel, autorizándonos a entrar. Era de teléfono, digamos: el día anterior o el mismo día del rodaje yo llamaba al director de la cárcel y me daba permiso o no. Durante esos tres años, cada día que filmamos, con la Guardia la situación fue la misma: parecía que no supieran quiénes éramos ni qué íbamos a hacer ahí, pero no nos molestaron, ni la Guardia ni la Policía. A lo largo de todo el rodaje hubo una cuota de "qué va a pasar hoy cuando lleguemos".

-VE: Al mismo tiempo nuestra principal garantía ahí adentro era que estábamos con los presos. A nosotros no nos veían solos, siempre estábamos acompañados por dos o tres presos referentes.

-Fueron dos años y medio de montaje...

-AV: Y cuando ya estaba bastante armado tuvimos que eliminar a uno de los personajes, porque el hombre salió en libertad un año antes que el resto y nos lo encontramos y había conseguido un trabajo en una multinacional que si lo llegan a ver en la película...

-VE: Ni siquiera él me lo pidió pero no podíamos hacerle eso y hubo que deshacer secuencias enteras que estaban armadas. La primera vez que entré en la cárcel la pregunta que yo me hacía era cómo es estar preso, cómo es vivir en una cárcel y hacia el último día del rodaje ya me venía contestando desde hace un tiempo que esa pregunta era un delirio, no te la podés contestar. Es inimaginable, los tipos están ahí y alucinan, este señor que sacamos de la edición nos decía "a mí me encanta que vengan porque tienen olor a calle", y realmente olés distinto, no es una figura poética.

-AV: En la Guardia y la Policía había otra película posible. Realmente los policías trabajan en unas condiciones terribles, la oficina es al fondo de un corredor donde están las celdas, lleno de charcos, tienen un sucucho con dos sillas de plástico, un calentador, ni una ventana para estar horas escuchando ese infierno.

-VE: Los policías están presos con ellos.

-AV: Y se da otra situación que es que algunos policías se sienten discriminados cuando por ejemplo, llegan cosas nuevas para los presos. Era otra película, pero nos cuidamos de enfocarnos...la principal discusión del montaje fue esa, qué película hacemos, fue una discusión larga.

-VE: Yo no sabía si ahí teníamos una miniserie o un documental, hasta ese punto llegamos.

EQUIPO

Vasco Elola estudió sociología y periodismo pero se enfocó en el audiovisual desde 1985. Fundó junto a Walter Tournier y Mario Jacob la productora Imágenes, trabaja en publicidad y dirigió video clips; Desde adentro es su primer largo. Mario Jacob se hizo cargo de la producción, Kico Márquez del sonido. Elola, Fernando Epstein y Manuel Rilla del montaje. La música es de Rilla (Genuflexos) y Ernesto Tabarez (Eté & los problems).

FINALES FELICES

La película tiene dos grandes protagonistas, Catuca y Medina. Los dos lograron rehabilitarse, están en pareja, tienen un trabajo y seguramente asistan al pre estreno de la cinta. (de SABADO SHOW/ EL PAIS/  03/08/2013/  Página 40)

 

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