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EL CORRESPONSAL

El 216 de Onda llegó a Montevideo, 55 años después de sufrir el terrible accidente en el puente del rio Santa Lucía

El 216 de Onda llegó a Montevideo, 55 años después de sufrir el terrible accidente en el puente del rio Santa Lucía

SAN RAMON (2334) El autobús 216 de la empresa de transportes Onda llegó por fin hoy a su destino, 55 años después de protagonizar el peor accidente automovilístico de la historia de Uruguay, entre la emoción de los supervivientes y los aplausos de los montevideanos.

El viejo vehículo, modelo "Centella de Plata" fabricado en 1948, culminó su ruta gracias a los esfuerzos de su propietario, Rudy Volarich, que adquirió el automóvil en un desguace sin saber que era el mismo que el 18 de julio de 1955 se hundió en el río Santa Lucía causando la muerte a 26 de sus ocupantes.

En una emotiva ceremonia el 216 llegó por sus propios medios a la antigua terminal de la empresa Onda, hoy desaparecida, en la céntrica plaza Cagancha de Montevideo, donde lo esperaban antiguos empleados de la compañía, curiosos e incluso supervivientes de la tragedia, como Rosa Pintos, que se emocionó tanto al recordar el día que no pudo siquiera subir de nuevo al autobús.

También estuvo allí Juan López, de 91 años, quien fue el jefe de bomberos que dirigió el rescate de los pasajeros del ómnibus atrapado por la crecida del río.

López, en aquel entonces teniente de bomberos de Canelones, se mostró feliz por la llegada del viejo autobús a Montevideo, mientras periodistas y curiosos le preguntaban por aquella lluviosa noche de 1955.

"Me acuerdo como si fuera ayer, nos avisaron al cuartel, cargamos una pequeña balsa en el cochecito y nos fuimos hacia el puente en medio de la crecida", señaló a Efe el veterano bombero.

Con esa balsa López rescató a 12 personas, antes de que se rompiera el pequeño motor y fuera llevada por la corriente, dejando a 26 personas a merced de las aguas.

Hace 55 años, el ómnibus traía un grupo de excursionistas de regreso a Montevideo después de un fin de semana de intensas lluvias que hicieron crecer el agua de varios ríos.

Al llegar al puente que une las localidades de Chamizo y San Ramón sobre el río Santa Lucía, el chófer del vehículo decidió cruzarlo, pese a que se encontraba completamente cubierto por las aguas.

El coche se quedó trabado en mitad del puente, y mientras el bombero López procedía al rescate de los pasajeros con su pequeña lancha, el vehículo volcó y fue arrastrado por la corriente, entre la desesperación de los testigos.

El 216 fue rescatado de las aguas y reparado, y prestó servicio como transporte escolar pero con el número de identificación cambiado, antes de terminar en un descampado.

"Así lo compré, medio abandonado, porque quería hacerme una casa rodante" explicó a Efe Volarich, quien señaló que no supo que era el coche de la tragedia hasta mucho más tarde, cuando, convertido en un local de comidas ambulante, algunos clientes ex trabajadores de Onda le dijeron que su coche era en realidad el desafortunado 216.

Poco después Volarich y varios colaboradores se propusieron devolverle su aspecto original y culminar el recorrido que no pudo hacer en 1955.

Sobrepasado por las espectativas causadas, Volarich dijo no saber qué hacer ahora con el vehículo, si bien confió en que aún seguirá viajando por el Uruguay por mucho tiempo.

1 comentario

Myriam -

Estimado Alberico, desde hace muchos años vivo en Massachusetts, Usa, con mi familia. Mi mamá era de San Ramón, ella falleció hace algún tiempo y, como su historia de vida fue bastante trágica, mi hermana y yo nos hemos quedado con muchas lagunas y más incógnitas que certezas acerca de muchas cosas. Hoy, navegando por internet, por casualidad encontré tu periódico y me pregunto si éste podría ser un medio para saber si tenemos familia en la ciudad y tal vez, desvelar algunas preguntas. Mi mamá se llamaba Celmira Olga Iriarte Acha, y era hija de Cándida Acha y Fernando o Francisco Iriarte. Poco más puedo aportar, sé que tenía dos hermanos varones y una media hermana de nombre, creo Leonor o Leonora Iriarte. La familia materna tuvo joyería en San Ramón. Desconozco más datos. Tengo sesenta años, cuatro hijos y once nietos y me gustaría poder contarles algo de mis antepasados, los suyos. Te agradecería enormemente si pudieras publicar este mail y también si alguien sabe algo tuviera a bien escribirme. Desde la distancia recibe un fraterno abrazo Myriam